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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Un dedo en el ojo de Arrieta

Nos habíamos prometido no meterle estos días el dedo en el ojo ni irritar el hemorroide a ningún miembro del equipo de gobierno, y menos aún al concejal de Obras. No interferir, por tanto, en que el edil Arrieta disfrute de la Semana Grande sin sobresaltos e intranquilidades. Que pueda bailarse un agarrao en las verbenas de Begoña y tomar el vermú plácidamente sin que le zumben los oídos. Pero hete aquí que todos esos planes de filantropía se derrumban como castillo de naipes al dar un garbeo por Marqués de San Esteban.

Que no nos vendan una moto de Euroyeyé, que el arreglo de esta calle principal de muy dignos soportales es una ñapa, un bodrio. Decía Napoleón que si quieres que algo no se haga, encárgaselo a una comisión. Pues igual en Gijón: si quieres que una obra municipal se convierta en un fiasco, que la vigile Arrieta. Tan es así que hasta la Alcaldesa en un Pleno pasado, acorralada por la oposición por frecuentes chapuzas en actuaciones municipales en la vía pública, llegó a asegurar que asumiría personalmente el área. Que es una manera muy fina de expresar la pérdida de confianza en su delegado.

Sin llegar al nivel del aforismo napoleónico, cabría también pensar que en Gijón, si quieres que una obra se cambie veinte veces, convoca un concurso de ideas. De lo que propusieron en diciembre de 2103 los ganadores de ese concurso a lo que sufrimos hoy en la citada calle, media un abismo. Pase que hubo que aguantar durante semanas atascos de tráfico, ruidos insoportables, zanjas que se cerraban y se volvían a abrir en canal, dificultades peatonales para cruzar de acera, obras inacabables... pero a la vista del horrendo acabado, ¿merecía la pena?

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