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Clave de sol

Prioridades eclesiásticas

La pregunta sería si España es país de misión

Con la redistribución por la diócesis de los no muy nutridos efectivos clericales de que dispone el obispo, las noticias eclesiásticas han estado muy presentes en los medios este verano. Varios nombres fueron el martes noticia. Primero, el jesuita asturiano y obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, participante en el ciclo de La Granda sobre la reforma protestante, en una entrevista interesante sobre yihadismo, laicismo, vocaciones y crisis religiosa.

También, la mesa redonda en Castropol, con Antonio Masip, Javier Gómez Cuesta, Víctor de la Concha y Miguel Ángel Serrano, en torno al fallecido Luis Legaspi, un cura singular que llevó con acierto la delegación de Misiones y a quien tuve la ocasión de conocer y tratar. Además, la cruda carta de Julio García a propósito de un libro sobre el padre Ángel. En fin, la triste noticia de ayer sobre la exhumación del cadáver de quien fue un buen párroco.

Quiero decir con esto que la Iglesia Católica sigue teniendo una presencia pública notable, aunque ponga nerviosa a cierta izquierda cargada de prejuicios. Reconozcamos que esa presencia es para muchos una estimable tradición cultural, pero que su influencia tiende a ser menguante por la deserción de gran parte de la juventud.

Como católico, he planteado alguna vez la cuestión de si España es, o está cerca de ser, país de misión, como lo fue Francia medio siglo atrás. Si esto es así, como me temo, creo yo que las huestes sacerdotales deben dar urgente prioridad a recuperar el terreno perdido mejor que conformarse con un simple criterio de conservación.

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