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Sol y sombra

"Tola", la osa de Asturias

El Principado guarda un luto que no es oficial pero sí sentimental por una osa que el azar convirtió en símbolo de la conservación natural. "Tola", de 29 años, se ha ido sin dejar descendencia, pero es igual, su recuerdo permanecerá unido a la memoria colectiva, como cuando murió "Petra", la reina del Campo San Francisco, que aún sobrevivió un montón de años a "Perico", su hermanito fallecido prematuramente. Dos osos enjaulados fueron la sensación entonces, una atracción para los niños y los mayores, y el agosto de los barquilleros. Años después volvieron a serlo otros dos gracias al hallazgo de "Paca" y "Tola".

"Tola" tuvo mayor recorrido que el desdichado "Perico" y seguramente mejor vida que "Petra", que así todo era una roca por su fortaleza y la resignación de aceptar la cautividad entre barrotes en Oviedo, que no es lo mismo que un cercado en medio de la naturaleza en los Valles del Trubia. Dicen que no fue lo suficientemente feliz en las relaciones sexuales. O igual sí, y el que pegó el gatillazo, sucesivos gatillazos, resultó ser "Furaco", el macho cántabro que vino a copular rodeado de altas expectativas de la mano de Revilla, como las anchoas.

Ahora empezamos a preguntarnos por la salud de "Paca" y su imprevisible reacción por la pérdida fraterna. Si hay que remontarse a "Petra" y "Perico" y fiarse de lo que sucedió entonces, la nostalgia no podrá con la fe inquebrantable en la vida del oso pardo asturiano cautivo. "Paca" viviría unos cuantos años más como atracción turística. Pero infelizmente no hay una vara con la que medir los afectos entre los hermanos osos. Cada hermano lo es a su manera. Mucho menos la fortaleza del ánimo, una vez que han perdido el instinto de libertad que, para ser exactos, jamás conocieron en su verdadera extensión.

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