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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Portacoz y portabozal

Tenía uno serias dudas de acometer la tarea de criticar el nuevo intento de Podemos de satanizar a la Real Academia Española, a la que gente tan republicana tal vez tenga tirria por su realeza coronaria o tal vez por su empeño en limpiar, fijar y dar esplendor al idioma, lo que por lógica irrita a quienes se mueven con soltura en terreno embarrado.

Dudas que emanan de la capacidad que albergan estos tipos y tipas para saltar a la yugular, en jauría, contra quienes contradicen sus ocurrencias. Como quiera que la duda ofende, voy a dar mi opinión sin ánimo de ofender, sino más bien de ilustrar a portavoces y portavozas de la feminización del Diccionario; promotores y promotoras de la edición de una suerte de "diccionaria" de un único género y un solo número, ya que parece que por masculino no se puede ser plural.

Servidor milita en el bando de Darío Villanueva, director de la RAE, quien piensa que el lenguaje es un ecosistema y si lo alteramos repercute en el equilibrio general. Y no le falta razón, pues si se llaman miembros a los hombres y miembras a las mujeres, habrá que empezar a llamar miembros a los brazos y miembras a las piernas. Para mi gusto, si de lo que se trata es de inventar palabras o de jugar con ellas, práctica esta última que a un servidor provoca enorme deleite, tal vez la señorita Montero (o Montera o incluso Montaraz) debería promover otras acepciones al oficio de llevar la voz cantante en un grupo político: mejor que portavoza, portacoz. O portabozal.

No hagan experimentos con las palabras, que les puede salir rana el príncipe. Y ya que se muestran tan diligentes en descabalgar hasta las cabalgatas de Reyes, tengan cuidado de exigir menos pajes y más pajas, pues esa decisión puede llegar a ser de lo más turbadora.

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