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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

De cal y de arena

Como quiera que lo cortés no quita lo valiente, que igual que las hay de cal las tiene que haber de arena, reconozcamos que el "kilometrín" ha superado con nota la prueba del ocho de las fuertes lluvias de las últimas semanas, que han sido abundantes. Después de varias estaciones de penuria, de charcos insalvables, de socavones insultantes, de obras mal ejecutadas una y varias veces, al fin la popular pista de atletismo próxima a la desembocadura del Piles sirve también en invierno para el cometido que tiene asignado, que no es otro que procurar a los aficionados a correr al aire libre un espacio digno, acondicionado y utilizable en cualquier época del año, nieve, haga sol o caigan chuzos de punta.

De cualquier forma, conviene reflexionar una vez más sobre el caos que gobierna algunas obras municipales, que o bien se eternizan o bien se llenan de deficiencias que obligan a realizar frecuentes modificados y escandalosos remiendos. El caso más sangrante lo soportan desde hace meses los gijoneses en Marqués de San Esteban, una actuación que va camino de entrar en el "Guinness de los desatinos", para escarnio de unos gobernantes que tal vez no sean conscientes del desprecio que semejante chapuza supone para los vecinos que soportan estoicamente tal barrabasada.

Seguramente no habrá en Gijón tantas obras municipales desastrosas como apunta la oposición, pero tampoco son sólo tres las que componen la nómina del disparate según el criterio del equipo de gobierno, que debería hacer autocrítica acerca de aquellas actuaciones que, sea por impericia o por falta de control efectivo, se le escapan de las manos. Dicho lo cual hay que insistir en que él "kilometrín" es ahora un señor kilómetro.

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