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Vicente Montes

Apuntes de Mecánica Política

Vicente Montes

La FSA encara el modo "en espera"

Los críticos deshojan sin ganas la margarita de la batalla en las primarias ¿Mejor firmar la paz en el PSOE para que la tensión no se traslade a las listas municipales? El rapapolvo de Pepe Álvarez

¿Mejor arrojar la toalla y confiar en la generosidad de los vencedores, o resistir numantinamente a sabiendas de que no habrá clemencia? Esa es la dicotomía que se rumia estos días en el sector crítico del PSOE, en el que se asienta la idea de que lo mejor es no enfrentarse a Adrián Barbón por la candidatura autonómica, aunque de facto el secretario general de la FSA no haya abierto aún la boca sobre si se presentará a las primarias. Pero, ungido por Pedro Sánchez, difícil será que esa hipótesis se tuerza.

La dirección federal y la regional han ido pacientemente minando las opciones de los críticos: primero, recortando la posibilidad de que en las primarias participen los simpatizantes; después, planteando que Barbón sea la apuesta; finalmente apuntando un adelanto de la fecha de celebración de la elección de cabeza de lista. La estrategia ha surtido efecto, aunque ninguno de esos movimientos se ha hecho explícito, ya que nada hay oficial sobre cómo serán las primarias en Asturias. La exhibición de las armas ha sido suficiente.

Hay entre los críticos quienes defienden la confrontación, claro. ¿Por qué claudicar cuando hasta ahora ha sido evidente que el sanchismo no perdona? ¿Y qué opciones habrá de ser alternativa sin haber plantado cara aunque los resultados en 2019 fuesen negativos? Pero hay otros escenarios en el horizonte que tienen su enjundia. Por ejemplo, la elaboración de las listas electorales, tanto en las autonómicas como en las municipales. La dirección del partido se guarda el as en la manga de poder agitar a los suyos para influir en las candidaturas en los municipios y, además, la potestad de argüir razones para reordenar las listas. ¿No es mejor una paz a cambio de la serenidad en los cuarteles de invierno de cada cual?

Pero un hecho relevante para este giro ha sido la resolución del conflicto entre el sindicato minero SOMA y la UGT. No cabe otra lectura que reconocer la victoria de las siglas que lidera José Luis Alperi: el acuerdo de aplazar la integración es en el fondo una forma de dejarla en vía muerta. Ahora los reproches internos se dirigen al responsable de la Federación de Industria y Construcción de UGT, Jenaro Martínez, que acudió la mañana del pasado viernes al rapapolvo lanzado por el líder nacional del sindicato, Pepe Álvarez, ante los delegados. Hubo palabras duras y en algún momento se oyeron reproches a la "incapacidad" del equipo de Martínez para entenderse con el SOMA. Álvarez negó que en la solución hubiese intervenido Ferraz, aunque admitió una conversación informal con Adriana Lastra en el homenaje a Llaneza. El máximo responsable de UGT vino para dar un golpe de mano: incluso, ante quien quiso sacar a relucir los estatutos, deslizó que mejor no revisarlos para analizar cómo se produjo el relevo en la Federación.

"Cuando se habla de Villa como chorizo, es de la UGT; para otras cosas es del SOMA", dijo más o menos Álvarez claramente molesto con el conflicto sindical ahora enterrado. Caló entre los delegados (aunque no tuvieron mucha opción para intervenir) el mensaje de fraternidad que lanzó para relacionarse con los afiliados del SOMA: "Cuando los veáis no les digáis solo 'hola', sacadles algo de conversación, que son compañeros", dijo. Y aquí paz y después gloria. Hasta la siguiente, claro.

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