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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Arribistas en tropel

Se multiplican las encuestas y la mayoría de ellas inciden en detalles parecidos y además elocuentes: el descalabro sin precedentes de los dos partidos que se han alternado en el poder durante las últimas tres décadas y media, modernos pero ya trasnochados Cánovas y Sagastas de la reciente historia política de este país.

Todos los sondeos, además, auguran la victoria de Ciudadanos, que se escapa del pelotón a piñón fijo, según se va empinando la carretera para Rajoy y Sánchez, cuyas pedaladas son de plomo. No todos los análisis de intención de voto coinciden, sin embargo, en el desplome de Podemos, que va haciendo la goma para no descolgarse, tal vez en el ánimo de soltar el hachazo más cerca de la meta.

Ciudadanos seguramente va a tener un problema de confección de listas, si pretende obtener cuantiosos réditos en los comicios venideros. Puede incluso que se le acerquen damnificados de la presumible derrota de fuerzas afines que busquen acomodo en la casa de color naranja. Tan es así que los partidos políticos en crisis o en peligro de extinción deberían disponer en sus sedes de un cartel de aviso como el de las puertas del metro: dejen salir antes de entrar.

Al partido de moda pueden llegar en tropel descontentos y arribistas como marineros homéricos de oído atento a los cantos de sirena. Debería Rivera pensar que ese pescado mitológico puede acabar siendo un pancho que se le clave en el gañote como una espina de arenque. Desconfíe de los que buscan caladeros donde se obre el milagro de los cargos y los peces. De hecho, algunos de los que están ahora en Ciudadanos dejaron otras siglas enterradas en la arena. Nada nuevo bajo el sol.

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