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Análisis

Pekín-Lisboa-Oviedo

La Bolsa de Lisboa mandó ayer una señal nítida de que, a ojos de los inversores, es insuficiente el precio de la oferta pública de adquisición (OPA) formulada sobre Energías de Portugal (EDP) por el grupo China Three Gorges (CTG), ya accionista principal: los títulos de la eléctrica lusa se revalorizaron el 9,32% y cerraron a 3,40 euros, por encima de los 3,26 euros que plantea el coloso público asiático. Tal reacción del mercado ha alentado la expectativa de que CTG se vea empujada a mejorar su oferta o de que aparezcan otra alternativas por EDP, compañía de gran relevancia en Asturias, donde tiene más de mil empleos y una posición hegemónica en el negocio de la electricidad. Lo ocurrido también refuerza los análisis que desde el viernes auguran que la cúpula ejecutiva de EDP adoptará una posición beligerante hacia la OPA.

El pasado viernes, la compañía asiática, titular del 23,27% del capital del EDP, presentó una información preliminar con las características básicas de la operación: oferta por el 100% del capital, aunque para CTG ya sería satisfactorio superar el 50%, y un precio de 3,26 euros por título, con una prima del 10% respecto a la cotización media de los últimos seis meses, si bien sólo un 4,8% superior al valor del pasado viernes. El accionista chino supedita esa oferta a dos condiciones principales: que el Gobierno portugués no se oponga a la operación, algo que el ejecutivo de António Costa ya ha transmitido, y que se modifiquen los estatutos para levantar la limitación que impide a cualquier accionista ejercer más de un 25% de los derechos políticos. CTG quiere el control total de la gestión, además de la posición de dominio que ya tiene en la propiedad.

EDP volvió a cotizar a primera hora de ayer después de que las autoridades del mercado luso levantaran la suspensión que se decidió el viernes. Las acciones cerraron la sesión con una revalorización del 9,32%, la mayor registrada por EDP en una jornada desde 2008. El valor bursátil de la compañía aumentó en algo más de mil millones de euros, hasta los 12.432 millones. La cotización al cierre (3,40 euros) supera en el 4,3% la oferta china. La operación de CTG supone también otra OPA sobre la filial EDP Renovables, con sede en Oviedo, cuyo precio (7,33 euros por título) es también claramente inferior al que marca la bolsa lisboeta (8,03 euros).

Las principales casas de análisis actualizaron sus opiniones sobre el valor de EDP y varias de ellas concluyeron que el precio ofrecido por el accionista chino es bajo. Los bancos de inversión estadounidenses Goldman Sachs y JP Morgan consideran que los 3,26 euros por acción se quedan cortos para competir con otros posibles aspirantes interesados en EDP. El grupo portugués, que en 2001 se hizo en Asturias con el control de Hidrocantábrico, está desde hace meses bajo los focos, señalado como uno de los principales candidatos a ser adquirido por otras corporaciones de Europa, donde el contexto energético y financiero está estimulando un nuevo ciclo de concentraciones empresariales.

En este tiempo ha trascendido el interés por una fusión con EDP de la española Gas Natural-Fenosa y de la francesa Engie, entre otros. El tamaño de Energías de Portugal, digerible para varios competidores del continente, y la diversificación de su negocio, con posiciones relevantes en la Península Ibérica, en Brasil y en particular en el sector de las energías renovables, explican esa exposición de EDP a posibles opas.

En ese entorno, China Three Gorges ha lanzado su oferta para tener el control total de EDP, a la que quiere convertir en plataforma para su expansión en Europa y América, según se refleja en la información preliminar sobre la oferta.

El accionista asiático, con una mayoría minoritaria en el capital desde que en 2011 ganó el proceso de privatización de la participación pública en EDP, ha negociado durante semanas con el Gobierno luso, que ve bien la operación. No ocurre lo mismo con el consejo ejecutivo de EDP. El equipo que preside Mexia -un consejo de administración profesional donde no están directamente representados los accionistas, que participan en otro órgano, el llamado Consejo General de Supervisión- estaría pergeñando ya, con el apoyo técnico de varios bancos de inversión, una estrategia defensiva y contraria a la oferta de CTG al considerar que el precio está por debajo del valor real de EDP, según informó Bloomberg.

Por el momento no ha trascendido la opinión de los accionistas cualificados distintos a China Three Gorges, entre ellos la sociedad Oppidum, que posee el 7,19% de EDP y está participada por la asturiana Corporación Masaveu y Liberbank. Su posición ante la OPA y la de dos fondos americanos que suman el 17% del capital puede resultar decisiva en el proceso. En especial porque sin su respaldo CTG tendría muy cuesta arriba obtener los apoyos necesarios (dos tercios del capital asistente a la junta de accionistas) para la reforma estatutaria que permitiría a China acceder al control total de la cuarta eléctrica de la Península Ibérica.

Los directivos del sector eléctrico suelen decir que "todos los kilovatios son iguales" cuando se les pregunta por qué los consumidores tenemos que pagar lo mismo (el precio más alto que marca el mercado "marginalista") por el flujo de electrones que genera una central recién construida y con altos costes de producción y amortización y por el que sale de la turbina de una presa hidroeléctrica inaugurada por el dictador Franco hace medio siglo y que se maneja apretando un botón.

Los kilovatios parecen iguales, pero sus efectos económicos y sociales no lo son. Como las operaciones corporativas en un sector que, ante las mutaciones tecnológicas y de política energética y también cuando lo estimula el contexto financiero, tiende cíclicamente a concentrarse cada vez más en menos manos. El movimiento que acaba de hacer China Three Gorges (CGT) para alcanzar el control total de Energías de Portugal (EDP) cabe interpretarlo como una señal más de otro de esos movimientos tectónicos que cada cierto tiempo se producen en el negocio de la energía.

Ahí van otros indicios. Los financieros que gobiernan ese sector han aprovechado últimamente para hacer caja vendiendo activos con grandes plusvalías a inversores que nadan en el océano de liquidez embalsado por los bancos centrales en estos años de tipos de interés ínfimos. Las petroleras andan a la búsqueda de oportunidades para diversificarse ante la expectativa de que, al menos en Europa, la "descarbonización" va en serio. Una transición energética que también reabre la caja de los truenos de las fusiones eléctricas, la lucha por situarse bien ante un escenario en el que el dinero va a estar volcado en las tecnologías renovables y en tomar posiciones para sacar partido del aumento de la demanda y del negocio que puede suponer a largo plazo el despegue del coche eléctrico.

Es también el ocaso de las viejas térmicas de carbón y de la forma de producir kilovatios en la que Asturias se ha especializado históricamente, instalaciones cuyo funcionamiento sujeta los tráficos del Musel (con las importaciones de mineral), centenares de empleos y contiene el precio de la luz por sus menores costes.

EDP tiene dos de esas térmicas en Asturias (Aboño y Soto de Ribera), además de saltos de agua, parques eólicos, la mayor parte de las redes de distribución...y más de mil empleos. Activos muchos de ellos de la antigua Hidroeléctrica del Cantábrico, que desde 2001 se convirtió en una empresa de capital extranjero y en un buen negocio para EDP.

Siendo portuguesa, la antigua HC creció, ganó mucho dinero e invirtió dentro y fuera de Asturias. Cuando se convirtió en chino-lusa (al entrar CTG en el capital de EDP en 2011 como accionista hegemónico), siguieron los beneficios y las inversiones. Bajo esa nueva propiedad, la térmica de Aboño, estratégica para la calidad del suministro a la gran industria asturiana, y la de Soto de Ribera, han sido las únicas en completar las obras necesarias para cumplir los requerimientos ambientales y estar en disposición técnica de funcionar hasta 2030. Siendo lusa primero y chino-lusa después, EDP también ha mantenido en Oviedo su sede para España. Y nada hace pensar que, con China Three Gorges detentando el 51% del capital (si triunfa su opa) en lugar del 23,27% actual, esas apuestas y esa estrategia vayan a ser revisadas.

La conexión Pekín-Lisboa-Oviedo funcionó en este tiempo y la posibilidad de que se refuerce abre por ello menos incertidumbres que otro escenario posible: que un energética española o con presencia en España plantee una fusión y se empiece a hablar de "sinergias".

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