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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El túnel de la sidra

Si al final, Dios no lo quiera, el túnel del metrotrén queda en desuso y sin tráfico ferroviario, que se lo cedan a Samuel Trabanco, que seguro que lo convierte en un monumental museo sidrero. Y así, en la próxima visita del ministro de Fomento podría agasajársele, a pie de obra, con unos culetes de sidra "sobre la madre", un caldo joven, fresco y frutal que es al néctar asturiano lo que al vino el "Primero" de Fariña. Una sidra que no ha sido trasegada, de limitada edición, al modo que elaboraba antaño Vicente Trabanco, versado hacedor.

Trabanco ha convertido en un lagar sorprendente un antiguo túnel del ferrocarril inconcluso que proyectó la empresa Lieres-Gijón, S. A. hace más de un siglo. Lo ha resucitado a modo de dormitorio excavado en la roca, húmedo y frío, ideal para que la sidra madure al antojo sabio de esta familia emblemática. Nunca llegó carbón desde las Cuencas a Gijón por esa vía para acercarlo a Europa desde El Musel. Pero de ese túnel sale ahora al mundo el carbón verde de Asturias, oro líquido de la manzana, en botella convenientemente etiquetada, con pedigrí de Lavandera.

Donde se excavó la trinchera para la vía, de la mano de canteros de Galicia y de León, en ese trazado fantasma de 800 metros de longitud, Trabanco ha instalado decenas de depósitos de acero inoxidable, cada uno de ellos con una alusión histórica al mundo de la sidra, tal que cada tonel metálico atesora el mejor caldo por dentro y una valiosa sentencia por fuera.

Samuel Trabanco, que escucha más que habla, que nunca pierde un tren, piensa como Estrabón: "Zytho etiam utuntur vini parum habent". O sea, que para qué queremos vino en Asturias si tenemos sidra asgaya.

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