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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El héroe del monopatín

Acaba de cumplirse un año del atentado terrorista del puente de Londres, en el que ocho personas perdieron la vida, entre ellas el español Ignacio Echevarría, conocido desde entonces como "el héroe del monopatín" desde el momento en que decidió acometer a los terroristas para salvar la vida a otras personas que sufrieron el ataque a cuchilladas.

La capital británica recordó ayer a las víctimas tributándoles un minuto de silencio y celebrando un emotivo acto en la catedral de Southwark, a escasos metros de donde tuvo lugar tamaño episodio de barbarie. Por la mañana, la comunidad española en Londres, la mayoría gente joven, rindió homenaje a Echeverría, que era un ciudadano de profundas convicciones religiosas, en la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, en el 264 de Fulham Road. Tal vez el peso de esas creencias le empujaron a dar su vida por otras personas, desconocidas para él, el prójimo al que se refieren con frecuencia las Escrituras, en lugar de hacer caso a la llamada primitiva del instinto de supervivencia y alejarse del lugar donde se estaba produciendo un execrable crimen en nombre de un dios que no puede existir, si exige sacrificios humanos, odio y venganza para apuntalar su causa. Ninguna divinidad recurre con asiduidad a la tragedia.

En Gijón, los grupos políticos municipales aprobaron hace meses, a propuesta del Partido Popular, dar el nombre del héroe anónimo hasta entonces, a partir de ese momento universal, a la pista de monopatines de Cimadevilla. Ha pasado un año, el día de ayer fue generoso y prolijo en recordatorios hacia Ignacio Echeverría y, sin embargo, en esta ciudad pasó desapercibido. Si esa pista llevara ya el nombre del héroe del monopatín, como acordó el Ayuntamiento, tal vez alguien habría depositado en ese lugar un ramo de flores. Aunque nunca es tarde.

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