Dos no se pelean si uno no quiere; tampoco un beso a tornillo debe interpretarse con un juramento bilabial de amor eterno en la mayoría de los casos. Si resulta ejercicio de notable complicación que dos se quieran o se odien si uno de ellos no está por la labor, imaginen cuando se trata de tres y mal avenidos. Si dificultoso se antoja contentar a una pareja, no te digo nada del riesgo de embarcarse en un trío.
Después de tres años de dimes y diretes, de acercamientos escasos y frecuentes desencuentros, de tolerarse en ocasiones y tirarse de los pelos dialécticos otras cuántas, resulta comprometido a estas alturas ponerles bajo el brazo una guitarra y un sombrero mexicano a los portavoces de los grupos municipales de la izquierda y hacerles pasar por "Los Tres Soles del Paraguay". En esta película ¿quién es el bueno, quién el feo y quién el malo?
Da la impresión de que PSOE e IU han puesto el esférico en el tejado de Xixón Sí Puede, y Mario Suárez del Fueyo achica espacios y echa balones fuera. Con la excusa de las primarias locales pendientes en Podemos van a intentar ganar tiempo y llegar a la prórroga. Seguramente los podemistas no contaban a estas alturas del partido con una jugada maestra en su contra que les obligara a retratarse, a quitarse el sambenito de haber sido el sostén de Moriyón o a llevarlo como un sayo hasta la primavera de 2019.
Convengamos en que una vez planteado el escenario inicial de una moción de censura en Gijón, ahora toca buscar la ropa para vestir al santo. Va a hacer falta un curso acelerado de corte y confección para coserle al candidato que sea -que ésa es otra- la túnica púrpura y el blusón de dril.
