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Pablo González

El depresivo camino hacia la gloria

El Sporting necesita un buen resultado en Valladolid para dejar atrás el varapalo de no ascender por la vía directa

El Sporting llega al primer envite del play-off hacia la gloria de Primera en plena depresión. Lo que no se sabe es quién está más hundido, si el equipo o la afición que, a pesar de todo -la mala racha y (otra vez) los diques de los pucelanos a la Mareona- estará presente esta noche en un número notable en Zorrilla. La caída en picado de los de Baraja en el peor momento -cuatro derrotas en los últimos cinco partidos- desinfló de golpe las esperanzas de la grada de regresar a Primera por la puerta grande. Y el equipo se desfondó -física y psicológicamente- tratando de alcanzar el objetivo por la vía rápida que parecía imposible tras aquel maldito mes de noviembre.

Para rematar, los rivales que han metido la cabeza en el play-off a última hora -principalmente el Valladolid y el Zaragoza- llegan con el depósito de adrenalina a tope y en racha de resultados. Pero es lo que hay. Mal harían el Sporting y los suyos en perder el tiempo en gimotear por lo que pudo haber sido y no fue. A ver si ahora la impresionante racha de victorias de los de Baraja que les hizo tener el ascenso directo en sus manos fue una simple casualidad. O si Santos, Jony, Sergio y compañía son unos jugadores del montón de Segunda. ¿A qué equipo de la categoría (y a más de uno de Primera) no le gustaría tener en sus filas a jugadores así?

Baraja lo sabe, y por eso, a su manera, sin estridencias ni grandes titulares, deja caer lo de que peor estarán por otras latitudes en las que -con y sin ayudas al descenso, con o sin el goal-average a favor- se han quedado a las puertas de alargar, por lo menos, la temporada una semana más. Al Sporting no le queda otra que recuperar a partir de esta noche el tono que le llevó a ser durante unos meses uno de los equipos más temibles del campeonato y demostrar que sigue vivo. Un buen resultado ante el Valladolid -al que el Sporting ya le ganó no hace mucho en Zorrilla- acabaría con todas las dudas, las propias y las ajenas. Así seguro que la vuelta será más llevadera, con El Molinón a reventar como en las mejores ocasiones. Llega la hora de tirar de orgullo, algo a lo que apeló la plantilla rojiblanca después de los palos -con razón- que recibió tras la derrota ante el eterno rival en el Tartiere. Fue a partir de ahí cuando el Sporting recuperó el norte y acabó por presentar su candidatura a Primera de manera formal. Ahora que la depresión vuelve a hacer mella en el espíritu rojiblanco, alguien debería pulsar de nuevo aquel botón que tan buen resultado dio tras el batacazo en Oviedo. Y pensar que, a pesar de todo y aunque no sea consuelo, siempre hay quien está peor y no tiene ni pa les camisetes.

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