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Alejandro Ortea

Varadero de Fomento

Alejandro Ortea

Imperdonable dejadez

Un agua caída de más pone de relieve la falta de previsión en el saneamiento

En las actuales circunstancias de nuestra red de saneamiento, pasaría exactamente lo mismo que pasó de llover como llovió; es decir, el agua de la bahía estaría igual de marrón y las zonas inundadas se habrían inundado lo mismo gobernara quien gobernase. Otra cosa es que los asuntos de la depuradora del Este no se hubieran enredado como lo han hecho y que los sucesivos gobiernos municipales hubieran mostrado mayor diligencia a la hora de construir los pozos de tormentas del parque de los Hermanos Castro y del Arbeyal. Mucho se hizo en cuestión de saneamiento durante los 90 del siglo pasado, siendo alcalde Álvarez Areces, poco se hizo después y poquísimo en los últimos siete años. Todas las vueltas que le demos ahora al asunto no sirven para nada si no se avivan las necesarias obras. La ciudad creció y muchas de las que eran prados inundados en invierno son ahora calles impermeables con sus edificios y sus urbanizaciones, así que más agua termina en la red y más se vierte al mar en pocas horas y no como hace treinta o cuarenta años que las zonas inundadas iban soltando agua poco a poco y filtrando a los acuíferos del subsuelo otra tanta.

Aunque la situación sea relativamente normal, como es vistosa -y en ocasiones hasta olorosa-, se utiliza como porra para percutir sobre la armadura de la cirujana metida a alcaldesa de nuestra pizpireta villa marinera. Llévenlo al pleno las diversas oposiciones que en nuestro consistorio son y enrédense en tan inane cuestión. Mezclarán churras con merinas y nos quedaremos como estábamos. Hay responsabilidades, claro que las hay. La EMA (empresa pública municipal de las aguas) llevaba un camino de crecimiento, eficaz funcionamiento y ejemplaridad desde los años sesenta, cuando el alcalde Bertrand -nombrado por el ministro franquista de la Gobernación Alonso Vega- hasta el 2011 en que dejó la alcaldía Paz Fernández Felgueroso. Vinieron a descomponerla los moriyonistas y no levantó cabeza desde entonces, perdiendo parte de su ejemplaridad. Hasta juicios hubo contra sus anteriores responsables de los que salieron absueltos. Quiere ello decir que fue elegida como pimpampum por los del FAC para "castigar" a sus antecesores, trance del que salieron trasquilados.

Se lleva estos días hablar mucho del abandono de la minería del carbón y del cierre de las térmicas que producen electricidad. Ahora, se pide tiempo. ¿Cuántas han sido las décadas de tiempo perdido y cuántos los ingentes recursos enterrados en lo que suponía eran fondos para reconvertir las comarcas dependientes del negro mineral fósil? Ahora llega un gran centellazo y hay mucho susto. Pues con el saneamiento local pasa lo mismo: han transcurrido años sin hacer nada y ahora, de pronto, cae agua del cielo a jarros y nos damos cuenta de la falta de previsión de nuestros gobernantes locales. Tenemos la memoria flaca, pero cuando dentro de un año toque votar, deberíamos recordar que hubo unos que se pasaron siete años, siete, sin mover un dedo en cuestiones de saneamiento y ni siquiera planificar, puesto que de esas obras de las que ahora se habla ya estaban previstas hace lustros. No seamos frágiles de memoria.

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