Foro de Ciudadanos, el partido creado en 2011 por Francisco Álvarez-Cascos, lleva el mismo camino que aquella otra formación constituida en 1998 por el entonces presidente del Principado, Sergio Marqués, la Unión Renovadora Asturiana (URAS), que también nació para hacer frente al PP y que acabó desapareciendo prácticamente a mediados de la década de 2000. Dos ensayos políticos en los que la figura del exsecretario general de los populares fue preponderante y que, si sirvieron para algo sin ningún género de dudas, fue para socavar el poder regional del PP y para facilitar el crecimiento electoral de los socialistas.
La manera de comportarse de Cristina Coto (su dimisión como presidenta de Foro y portavoz del grupo parlamentario) se parece mucho a la actitud mantenida por Sergio Marqués cuando era jefe del ejecutivo autonómico y decidió hacer frente al entonces todopoderoso vicepresidente del Gobierno de Aznar, Álvarez-Cascos. Coto, al igual que antes Marqués, se quejaron amargamente de las injerencias de Cascos, quien, precisamente, había sido antes su valedor; les había aupado a la Presidencia de Foro, a Coto, y al número uno de la candidatura electoral del PP, a Marqués.
Lo que diferencia a una y otra de estas dos crisis es que si en la primera de ellas, la del pasado siglo, el gran perjudicado por todo lo acaecido fue el Partido Popular, lo que facilitó la llegada al poder del socialista Vicente Álvarez Areces por mayoría absoluta, ahora es la propia formación casquista la que sale dañada por la manera de entender la política de su fundador.
Suena con fuerza el nombre de la alcaldesa de Gijón, Carmen Moriyón, para suceder a Leal -tras la retirada de Coto- al frente de Foro-Asturias y como candidata a la presidencia del Principado en 2019. En el partido todos daban por hecho hasta hace pocos días que aceptaría el reto de intentar frenar la caída electoral del casquismo en la comunidad autónoma. Pero Moriyón ya no es nueva en estas lides y conoce de sobra cómo se comporta Álvarez-Cascos a la hora de dirigir su organización (también lo sabía Coto pero prefirió callar mientras le convino) por lo que probablemente se lo esté pensando, y mucho, antes de dar el paso definitivo hacía la cúpula regional de Foro. Lo que no ofrece dudas es que Cascos no va a cambiar. Moriyón lo sabe. Y si como alcaldesa de Gijón consiguió, en parte, desligarse del ordeno y mando del fundador de su formación (lo que le originó más de un dolor de cabeza) es consciente de que en la Junta General no sería lo mismo.
