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Sol y sombra

La política veleta

Sánchez dice que no da tiempo a nada pero quiere agotar la legislatura

Pedro Sánchez es un campeón de la incoherencia. No es el único veleta en la política, pero sí lo suficientemente remarcable para poder destacarlo sin riesgo a ser injusto con él o equivocarse. Su capacidad para defender una cosa y la contraria le han granjeado críticas en la derecha y en la izquierda, pero no hasta el punto de resultarle un inconveniente para alcanzar el sueño deseado de la Moncloa, que logró precisamente con una moción de censura apoyada por Podemos y los independentistas, después de haber dicho insistentemente que jamás se juntaría con ellos para hacer algo así. Todavía no lo hemos visto todo; las dificultades de gobernar en minoría le harán desdecirse aún más de lo que estaría dispuesto a hacerlo en circunstancias de mayor alivio parlamentario.

Se cansó, por ejemplo, de exigir a Rajoy un nuevo modelo de financiación autonómica y ahora descarta renovar el que existe con la excusa de que no va a dar tiempo en lo que resta de legislatura. Realmente en un año y medio no va a dar tiempo a nada salvo a remover y agitar por enésima vez la memoria histórica, pretender apaciguar a los secesionistas con un horizonte amable de concesiones y dedicarse a hacer guiños de todo tipo al electorado. Y eso, además de escudarse en los decretos, es lo que hará Pedro Sánchez.

Como no da tiempo a gobernar de manera coherente, lo razonable sería concluir antes de que expire esta legislatura agotada por la insuficiencia aritmética. Sin embargo, Sánchez quiere exprimirla al máximo para poder hacer campaña pendiente de la demoscopia que, como él, dando muestras de volatilidad, hoy se muestra así y mañana asá.

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