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Cronista de Lugones

Manzanares: recuerdo entrañable

Quince años sin cronista oficial de Asturias

Con un "Adiós, maestro" te despedí en un artículo publicado en "LA NUEVA ESPAÑA", después que emprendieras tu último viaje, el 18 de Junio del 2003, ahora hace 15 años. Y fueron muchas más personas las que lo hicieron en este periódico, hasta el punto que se publicó un libro con la copilación de todos ellos. Déjame agradecerte otra vez tus lecciones durante las salidas que hacíamos por Asturias mano a mano. Uno de los días en la que tu capilla ardiente se encontraba en el salón de Plenos del Ayuntamiento de Oviedo, al cruzarme en la Plaza Mayor con Carmen Ruiz Tilve, cronista de Oviedo, me dijo que tú en varias ocasiones le habías dicho que me querías mucho, lo que me congratuló. Hacíamos un dúo armonioso, aunque recordarás que yo en ocasiones discrepaba en algunos aspectos de la vida y de la sociedad, y cuando esto ocurría tú te quedabas serenamente pensativo. La diferencia de edad y mentalidad sin duda eran las causas de nuestras discrepancias. Tú me hiciste apreciar y valorar más el valiosísimo patrimonio histórico de Asturias. Fuiste para mí un maestro, que no profesor; éste enseña, del maestro se aprende. Y puedo asegurarte que en el cofre de mi discreción aún guardo celosamente las confidencias que me hiciste, claro ejemplo de que te inspiraba confianza. No se me olvidará aquel día que me acompañaste en la Casa de la Cultura de Lugones, en el que yo era el protagonista. Y estoy convencido te hubieras alegrado de mi nombramiento como cronista oficial de Lugones, que seguro hubiéramos celebrado por todo lo alto. Tuvo que llegar un Alcalde de Lugones, Ángel García "Cepi", apoyado por todos los partidos políticos de la Corporación Municipal de Siero, para que se reconociera y valorara mi trayectoria durante más de 50 años informando a Asturias de la existencia de Lugones.

En realidad, Joaquín, no puedo dejar de recordar que fuiste un asturiano muy singular, irrepetible; jamás ejerciste de fanfarrón o grandón. Una de tus principales virtudes era, sin duda, la humildad -en esto estaba todo el mundo de acuerdo-, y todo lo concerniente a tu Asturias te gustaba, excepto la sidra. Tu gallardía no te permitió ingresar en la cofradía de los trepas, pusilánimes, sumisos o lacayos. Esta característica, a buen seguro no te proporcionó muchas satisfacciones. Tú fuiste apasionado por la verdad y la justicia; y sabías muy bien que si al cabo de los años los seres humanos no tienen enemigos, es que jamás amaron estos dos grandes conceptos.

Poco antes de que emprendieras de manera repentina tu vuelo hacia el más allá, recuerdo muy bien dos jornadas que para ti estoy seguro fueron muy felices, que deseo recordártelas. Una, cuando el colectivo "Los Cantarines" te invitó a celebrar con ellos la recepción de la primavera que ya estábamos viviendo, como tenían por costumbre cada año este grupo. Aquel día yo elegí un restaurante de Lugones, y presidías tú la reunión en torno a la cual se encontraban Toni Soto-Jove, que había sido alcalde de Salas (fallecido), y su hijo, también llamado Toni; Alberto Álvarez Rea; la soprano Tina Gutiérrez y su compañero Armando; Pepe Costas; Martín F. Peláez, (fallecido); Tomás Reinares; Ramón G. Camino; Sabino Coppen, (fallecido); y quien esto escribe. Te sentiste querido y agasajado por todos, la emoción alcanzó su cenit cuando a los postres Tina Gutiérrez se acercó a ti y te canto, casi al oído, "Dime xilguerín parleru".

Otra jornada en la que pude comprobar tu emoción, por estar a tu lado, fue cuando te propuse asistir a la fiesta de "Los Huevos Pintos", en la Pola, la que para mí es la más bonita de las de la capital de Siero. A pesar de tu resistencia, llegué a convencerte. Yo pensaba, sin decírtelo a ti, claro, que un cronista de Asturias no podía morirse sin conocer dicha fiesta. Fue como una premonición. Llegamos a la plaza del Ayuntamiento llena de público y en el centro los reporteros gráficos haciendo su trabajo; y tú me dijiste portando tu inseparable máquina fotográfica: "Quiero entrar al centro". Y a mí me faltó tiempo para pedirle permiso a Juan Camino, al concejal de "guardia" bajo los soportales del Ayuntamiento. Y una vez dentro del círculo te hartaste de tirar fotos, como excelente aficionado que eras. Luego recibimos el mensaje del Alcalde, Juan José Corrales, invitándonos a comer, junto con las demás autoridades, como es costumbre en esta fiesta. Nos acompañó también el cronista oficial de Siero, Juan José Domínguez, así como Lázaro Polledo, Hijo Adoptivo de Siero.

Para terminar, me acuerdo ahora de otro encuentro entrañable, que no puedo soslayar, también el mismo año que los anteriores; es decir, en el que te fuiste. Me refiero a la invitación que nos formuló Marichu Llavona, la primera Dama de Salas, que yo nombré en un artículo. Ocurrió el día 25-3-2003. Todo lo que vengo narrando ocurrió en el año de tu despedida definitiva. Fuimos tú, Toni Soto Jove, que había sido Alcalde de Salas, y yo. La anfitriona Marichu nos citó en el Castillo para almorzar. Fue una reunión de las que figuran con letras de oro en el calendario de mi mente. Existe una foto que así lo constata.

Ahora recuerdo también, que tiempo antes de todo lo que acabo de contar y revivir en mi enriquecedora relación contigo, último Caballero Templario por ser el más celoso encargado en la custodia de nuestros santos lugares, con enorme satisfacción recuerdo la visita realizada el día 22 de Julio de 1999 a tu Museo "Tabularium Arti Asturiensis"; me acompañaba mi hermano Sabino. Puede decirse que cogidos de tu mano nos fuiste enseñando y explicando el valor histórico y la procedencia de las joyas allí almacenadas. Y como era tu costumbre nos invitaste a firmar en el libro de visita, como yo lo hago ahora mismo también tras cerrar este comentario.

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