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Sol y sombra

Menudo papelón

La "enfermedad sobrevenida" del todopoderoso Villa

Le reprochan a Villa lo que fue y en lo que se ha convertido. La calle vive en primera persona la exaltación de todos y cada uno de los estados de ánimo soliviantados. El que fue hombre fuerte del sindicato minero y uno de los hacedores de Asturias, el todopoderoso José Ángel Villa, se ofrece a devolver el Mitsubishi y los libros que compró con fondos del SOMA con tal de que lo dejen en paz. Su abogada habla de "ingenio procesal" y mantiene que muchos de los delitos que figuran en la querella del sindicato contra su cliente son hechos prescritos.

Lo están intentando todo y de manera desesperada para sacarlo del primer plano: en primer lugar, la suspensión del procedimiento por "enfermedad mental sobrevenida". La pregunta es ¿cuándo sobrevino?, ya que se lleva hablando de ella desde el primer momento en que el dirigente sindical se presentó como el enfermo de Molière ante los ojos de los asturianos. La suerte de Villa depende ahora del juicio de los neurólogos y de los forenses. El dolor se acentúa en su rostro y no se sabe cuánto hay de fingimiento, cuánto de verdad. En la calle le afean haber comido demasiado jamón mientras se mueve renqueante camino de la Audiencia Provincial. De repente, le caen las lágrimas, ni en la hora más pesimista de su extencia pensó en verse así. Los que le conocen recuerdan su afición a lamentarse, pero el deterioro es evidente, palpable sostienen algunos.

Villa se descompone mientras se niega a ser juzgado, Maradona se "descompensa" para no tener que admitir su más que visible degradación humana. Desde distintos puntos de vista y a diferente escala, son dos papelones de dos celebridades caducas del star system.

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