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Asturias y los aranceles de Trump

El peaje a las aceitunas impuesto por EE UU es un ataque a la PAC, de la que depende el 30% de la renta agraria regional

Por si fuera poco con la nueva reforma de la Política Agraria Común (PAC), que se gesta en Bruselas, al campo asturiano le ha salido un enemigo en la persona del presidente de los Estados Unidos.

Donald Trump, fiel a su filosofía de "hacer grande a América de nuevo" y poner los intereses de su país por encima de todo (cuestión, que guste o no, entra dentro de la lógica), ha declarado la guerra al proteccionismo agrario europeo y ha decidido imponer aranceles, de momento a las aceitunas de mesa. En apariencia la medida no afecta a Asturias, donde como mucho aparece algún olivo ornamental en jardines públicos y privados. El caso es que si la Administración estadounidense se empeña en seguir por la misma línea (lo cual es más que probable) e imponer peajes a otro tipo de productos, la Comisión Europea puede verse forzada a tomar medidas que perjudicarían los intereses de esos casi 10.000 ganaderos asturianos que obtienen de las ayudas agrarias de Bruselas alrededor del 30 por ciento de su renta anual. La financiación de la PAC, que nació en 1962 para proteger al sector primario europeo, y de paso garantizar unos altos estándares de calidad, se encuentra en un momento delicado y cualquier excusa puede ser buena para hacer recortes. Por eso será tan importante la reunión que mantendrán en la Casa Blanca, antes del día 24, Trump y el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker. Por cierto, el político luxemburgués será el primer presidente de la Comisión recibido por un presidente estadounidense en su residencia desde hace años. La visita se producirá en plena tensión comercial entre la UE y EE UU por las medidas proteccionistas de Washington contra las importaciones en ese país de aluminio y acero comunitarios y los aranceles impuestos a una lista de exportaciones de ese país por parte de Europa. Aunque la UE aún confía en el enfoque multilateral de las relaciones comerciales, como telón de fondo estará presente el informe del Departamento de Comercio de estadounidense del pasado 11 de junio, del que emana la famosa imposición de un arancel medio del 34% para todas las aceitunas negras españolas que se exporten al país. En realidad, el Ejecutivo federal cuestiona las ayudas específicas a sectores o cultivos concretos, entre ellos el lácteo, pese a que los pagos que reciben los agricultores están oficialmente desacoplados de la producción.

En virtud de las tesis americanas cualquier ayuda europea puede ser denunciada como subsidio por cualquier empresa agroalimentaria estadounidense, no sólo las aceituneras de California. Lo que olvidan Trump y sus asesores es que el campo de los EE UU también disfruta de protección gubernamental. Ahora más que nunca.

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