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Profesor de Geografía e Historia

Tiqui nada

El fracaso del populismo de Fernando Hierro y del asunto del Valle de los Caídos

Tras 24 partidos sin perder, eliminar a Italia, 6-1 a Argentina, y empate con Alemania, golpe de estado y populismo contra Lopetegui; la selección española de fútbol ha caído eliminada del mundial por Rusia, 70 en el ranking FIFA, en un partido en el que dio más de 1.000 pases, casi todos horizontales, y apenas chutó. La prensa-panfleto de Madrid presionaba estos días para que el entrenador renovase la alineación, y estaba contenta por los cambios ante Rusia, qué importa sacrificar a Iniesta (asistente en los goles de Costa e Isco) si juegan sus niños bonitos Marcos Asensio y Lucas Vázquez. Isco e Iniesta son los dos mejores jugadores de España, mientras que el golpista metido a entrenador-estrella Fernando Hierro dejaba de reservas a Iniesta y Yago Aspas, y se empeñaba en mantener de titulares a los dos peores con mucho de España en este mundial: De Gea -que no ha parado- y David Silva -que no ha chutado-. ¿Creía que se iba a poner las medallas del mérito de Lopetegui? Que se las den en Oviedo?

Precisamente el gran acierto de Luis Aragonés fue tener criterio acertado y aplicarlo con éxito. Eligió soluciones en vez de favoritismos, prescindiendo de Raúl por ejemplo, pero que se estaba convirtiendo de ídolo en prejuicio. España inició un ciclo de campeona de Europa, del mundo y otra vez de Europa, lo llamaron el tiqui-taca por nuestro control del juego y desmarques. Ahora lleva tres campeonatos sin pasar de octavos. El primero que se traicionó a sí mismo fue Del Bosque en el mundial de Brasil 2014. Decidió poner mitos en la alineación en vez de jugadores en forma. Con Busquets y Diego Costa, recién salidos de meses de lesiones, perdimos 5-1 frente a Holanda. El populismo futbolístico consiste en hacer alineaciones por popularidad en vez de por eficacia, la opción más fácil y también con frecuencia la más negativa. Ello ha culminado con Fernando Hierro, cuyo currículo es no haber clasificado al Oviedo para la fase de ascenso a Primera División. Pero ha tenido un cargo muy guay e importante.

Otro tema populista está de moda: el Valle de los Caídos y la tumba de Franco. Parece que el PSOE de Pedro Sánchez tiene que demostrar mediante gestos que es tan de izquierdas como el Podemos de Pablo Iglesias. Supongo que casi todos coincidiremos en dos cosas: primera, que el régimen franquista era una dictadura -surgida del bando vencedor de una guerra civil cruel-, y segunda, que entre las prioridades políticas, sociales o económicas de España en el siglo XXI con 3 millones de parados y el desafío separatista catalán, no es lo más urgente y necesario cambiar de sitio la tumba de Franco o Fernando VII. Dicho esto, sería bueno llegar a un amplio consenso sobre el Valle de los Caídos, que debería ser Valle de la Concordia y un cementerio nacional común. Ni exaltación de una dictadura, en este caso derechista, ni revancha sectaria, en nombre de una supuesta memoria histórica colectiva, ortodoxia izquierdista. Si lo bueno suele ser discordante de lo óptimo, el populismo superficial suele ser enemigo de lo eficiente.

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