La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Sol y sombra

Un espíritu admirable

Croacia, la dura historia reciente y un equipo de fútbol de colosos

Croacia, un país con una historia reciente tan dura, es merecedor de un equipo de colosos como el que ayer perdió con grandes honores la Copa del Mundo frente al pragmatismo francés. Media docena de ocasiones, cuatro goles, sirvieron para derrotarlo. Una falta que no lo era abrió el camino en un partido precioso, posiblemente el mejor del campeonato. Fue una final titánica entre la grandeur crecida de Griezmann, Mbappé y Pogba y un aspirante minúsculo pero tremendamente competitivo que representa a poco más de cuatro millones de habitantes. De ser croata estaría tremendamente orgulloso de que me representaran futbolistas como Modric, Rakitic o incluso ese paquete que es Mario Mand?ukic. Admirable.

El fútbol es un juego capaz de tejer la mayor fantasía en noventa minutos, de hacernos sentir algo por alguien. No tiene mayor explicación, salvo la del capricho y la emoción. Muchos ayer íbamos con Croacia conscientes de que tenía todas las de perder. Sin el famoso VAR hubiera tenido aún más posiblemente. Francia aprovechó un par de puñales, Croacia se limitó a no rendirse nunca. Modric es un futbolista tan extraordinario que siempre nos acaba recordando a Cruyff por su inteligencia y el cambio de ritmo. Un Cruyff pequeñito pero más constante. En Moscú acabó reventado, porque independientemente de su extraordinario físico tiene una edad, pero se llevó la gloria del "Balón de Oro".

Éste es un Mundial en el que los grandes nombres, Cristiano, Messi o Neymar, no han podido o no han sabido estar a la altura de sus posibilidades, y en el que otros como Modric se han engrandecido en la hazaña colectiva. Me alegra.

Compartir el artículo

stats