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Sol y sombra

Santamaría y Casado

La exigencia ha ido moldeando los perfiles de los aspirantes del PP

Mariano Rajoy ha intentado sin éxito poner de acuerdo a sus viudas del PP. Santamaría y Casado tampoco parecen dispuestos a entenderse en la recta final del Congreso Extraordinario que elegirá a uno de los dos para intentar recomponer la unidad en el partido. Las diferencias entre los aspirantes que han pasado el primer corte están marcadas fundamentalmente por las ambiciones personales, como sucede en cualquier disputa familiar o no de estas características, pero ofrecen perfiles que la exigencia y las circunstancias han ido moldeando.

En una hipótesis descabellada, si yo fuera afiliado del Partido Popular, y quisiera apostar por el relevo generacional y la renovación que encarna el candidato máster de la Complutense no estaría con él en la discusión social que afecta, por ejemplo, al aborto o a la eutanasia, asuntos en los que Santamaría ha demostrado una sensibilidad más liberal que la de su adversario, decidido a satisfacer los instintos del ala más dura del partido. Pero tampoco me fiaría de la exvicepresidenta del Gobierno por su escasa firmeza en la defensa constitucional y por los errores cometidos frente al desafío independentista.

Mientras Casado habla de rearme ideológico, son muchos los simpatizantes de la derecha que se preguntan cuál es el ideario político de Sáenz de Santamaría. En la batalla que se avecina el PP tendrá que emplear munición ideológica para distinguirse de Ciudadanos o agrupar en torno suyo al electorado de centroderecha. Seguir por el mismo camino es facilitarle las cosas al partido de Rivera, que por su falta de pasado y no haber asumido responsabilidades de gobierno, no le importa rebelarse contra la superioridad moral de la izquierda.

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