Los últimos análisis realizados por el Ayuntamiento de Gijón certifican que la calidad de las aguas de baño en las distintas playas del concejo ha sido "excelente" durante la primera quincena del mes julio, lo cual resulta un alivio, tras los incidentes registrados los días 28 de mayo y 14 de junio, cuando surfistas y usuarios habituales de San Lorenzo alertaron de manchas de suciedad y de "un fuerte olor a cloaca" que obligaron a prohibir el baño en el arenal señero de Gijón. Según los datos ofrecidos por el gobierno local, sólo las aguas de la Escalerona no alcanzaron siempre la máxima calificación, que se quedó en "buena" el 8 de julio y en "suficiente para el baño" dos días después. Datos tan positivos corresponden tanto a San Lorenzo como a las playas de Poniente, El Rinconín, El Arbeyal, Peñarrubia, Serín y Estaño.

La pasada semana se volvieron a dar casos de gijoneses que relacionaron con el baño en la playa el haber sufrido picores y sarpullidos. Incluso uno de ellos, un veterano piragüista, requirió de ingreso en un hospital por una infección de orina que atribuyó a la práctica de ese deporte en el litoral. El equipo de gobierno salió al paso de estas denuncias asegurando que en las últimas semanas sólo constan seis actuaciones del servicio de salvamento relacionadas con erupciones cutáneas y escozor de ojos, que en ningún caso requirieron atención hospitalaria. Nadie duda de la veracidad de esos datos, pero ninguna de las más de veinte personas que han denunciado algún tipo de molestia tras el baño desde los primeros casos de finales de mayo y mediados de junio recurrió a los socorristas. Fueron directamente al médico.

Los turistas que visiten Gijón en estos dos meses veraniegos pueden estar tranquilos. En la playa de San Lorenzo se realizan controles semanales de la calidad de las aguas, cuando en el resto de Asturias ese control es quincenal. A la vista de los datos ofrecidos el jueves, la mayor incidencia que se suele dar en la principal playa de Gijón es la picadura de peces escorpión, 402 el pasado verano. Ni siquiera es frecuente la presencia de medusas (sólo una picadura en el balance de asistencias socorristas la temporada anterior).

El Ayuntamiento sigue relacionando la presencia de restos fecales en la playa, principalmente en las proximidades de la desembocadura del Piles, con las recientes tormentas que obligaron a abrir los aliviaderos de la red de saneamiento. Lo cual supone reconocer que esa red es actualmente deficiente y que requiere inversión. A la vista de la sorprendente meteorología que la ciudad está sufriendo en el inicio de la temporada estival, no debería el gobierno local lanzar las campanas al vuelo, puesto que las causas del problema persisten: el retraso en la construcción del pozo de tormentas del parque de los Hermanos Castro. Bien haría en acelerar al máximo los trámites administrativos para el inicio de esa obra, en la necesidad de mimar el principal recurso turístico de Gijón.