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El represor del pueblo

El rechazo del Pleno a que el parque de El Pozón lleve el nombre de Manuel Ponga

La actualidad avilesina nunca pierde la capacidad de sorprenderte. Ahora resulta que Manuel Ponga Santamarta es un enemigo del pueblo, un peligroso represor de los ciudadanos y los obreros. Y que por eso hay que rechazar que dé nombre al parque del barrio en el que vive desde hace décadas. Solo PSOE y Ciudadanos respaldaron una propuesta firmada por 737 vecinos y que rechazaron Somos, PP, IU y Ganemos.

Por si alguien no lo sabe, podemos hacer un pequeño ejercicio de memoria histórica y recordar que Manuel Ponga fue alcalde de Avilés, para más señas fue el primer alcalde de la villa elegido democráticamente tras la recuperación de la democracia, y que lo fue con los votos del PSOE -su partido- y del PCE. Para quienes no lo sepan, el PCE es el Partido Comunista de España, un partido que sigue existiendo y a partir del cual se creó Izquierda Unida, ahora integrada en Unidos Podemos, la marca principal de quienes acusan tan alegremente a Ponga Santamarta.

No pretenden estas líneas hacer un balance de la gestión de Manuel Ponga al frente del Ayuntamiento de Avilés o en sus otros cargos públicos (también fue delegado del Gobierno y presidente del Puerto de Avilés). Seguro que podemos recitar un buen número de pifias en sus muchos años en la vida pública. Sin ir a la hemeroteca se me ocurren unas cuantas. ¿Quién no tiene un puñado de meteduras de pata en su vida profesional? ¿O en la personal?

Pero no se trata de hacer un recuento de ni de sus errores ni de sus éxitos. Porque también podría hacerse un amplio listado. Y seguro que podríamos discutir largo y tendido de ambos inventarios. Lo que para unos fue un acierto redondo, para otros posiblemente fue su página más oscura. Y al revés. Pero dejémoslo en que fue un honrado alcalde que intentó mejorar la vida de sus vecinos y que cuenta con un largo currículum en la vida pública que pocos en Avilés pueden igualar.

Por cuestiones de edad no recuerdo a los alcaldes anteriores y de los posteriores no se me ocurre ninguno mejor al que celebrar con una calle o un parque. Y no dudo que alguno también lo merecerá cuando les llegue la hora de la jubilación porque las discrepancias, aunque puedan llegar a ser enormes, no pueden estar reñidas con el reconocimiento a quienes trabajan en favor de los demás.

El rencor de los Robespierre de la izquierda y de la derecha local han dejado a Manuel Ponga sin parque, pero al menos toda esta polémica ha permitido que algunos recordemos una época en la que los ciudadanos miraban el futuro con ilusión. En mi caso al menos me ha dado ocasión de echar la vista atrás y pensar en aquellos años. Gracias a Somos hoy siento la figura del exalcalde con más cariño que ayer.

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