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Sol y sombra

¿Amigos para siempre?

La correspondencia populista que une a Trump y a López Obrador

Se cumplen sesenta años de la bossa nova, un estilo consistente en susurrar bellas canciones de amor en un mundo ruidoso lleno de odio. Hoy parecido a ayer. La Guerra Fría de entonces es ahora el escrache populista para acogotar a la Europa de los mercaderes. El nacional-populismo, de derechas o de izquierdas, da igual, -Mirabeau no hubiera encontrado "geografía" con que definir a los miembros de esta peculiar asamblea global-, coincide en los objetivos de movilización de voto contra las sociedades democráticas.

Vean, por ejemplo, el caso del izquierdista López Obrador, virtual presidente electo de México, dirigiéndose por carta a Trump para pedirle una estrecha colaboración que presume políticamente venturosa, dadas las afinidades que les unen. ¿Cuáles son? Según el mandatario mexicano que ambos saben cumplir con su palabra y enfrentarse con éxito a la adversidad. Y que los dos tienen como enemigo al establishment y saben situar a sus votantes en contra suyo. Es decir, coinciden en utilizar acertadamente los mismos instrumentos y resortes de la manipulación demagógica para vender una mercancía averiada a los electores señalando a las élites como los enemigos exclusivos de la gente corriente. Como si ellos no pertenecieran a ese poder, fueran seres marginales dispuestos a abanderar al pueblo en una nueva revolución cultural.

Conocido el desprecio de Trump por sus vecinos del sur habrá que ver en qué se resume la colaboración que López Obrador le plantea en términos populistas. De lo que no hay duda es de la idéntica lectura que hacen del enemigo común y del método. Extraña que, en vez de cartearse, no se hayan tuiteado. Lo harán.

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