El uso excesivo de combustibles fósiles está llevando a un incremento creciente de la concentración de dióxido de carbono en la atmósfera. Esto se traduce en un calentamiento global y otros daños derivados como la desertificación o la subida del nivel del mar. Una de las estrategias utilizadas en la lucha contra el calentamiento global consiste en la captura y reutilización de los gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono.
Inspirándose en la fotosíntesis de las plantas, un grupo de investigadores ha diseñado un sistema fotocalítico basado en compuestos de hierro. Valiéndose de la energía del Sol, este sistema convierte el dióxido de carbono en gas metano que se puede utilizar como combustible. El sistema opera a temperatura y presión ambiente.
