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Sol y sombra

Emergencia nacional

La crisis migratoria y el cruce de reproches entre Gobierno y oposición

El Gobierno ha decidido por fin reconocer la emergencia por la llegada masiva de inmigrantes ilegales pero ha culpado de ello a Rajoy por no haber previsto que a finales de julio de 2018 la crisis se iba a agudizar de la manera en que se ha agudizado. Digamos que es una forma de desviar el tiro.

Es cierto en parte que España, en la misma medida que otros países europeos, ha estado desentendiéndose del problema durante años. La tragedia que supone el angustioso éxodo africano no se va a resolver poniendo barreras y alambradas para frenarlo. Tampoco animando a los inmigrantes a entrar, mediante efectos llamada, y abriendo la puerta sin que nadie sepa qué hacer con ellos y en qué ocuparlos. El flujo migratorio siempre ha existo en la historia de la humanidad, de manera más o menos constante. Pero nunca hasta ahora el número de desplazados por guerras, catástrofes naturales o ruinas económicas y alimentarias había resultado tan extraordinario y difícil de manejar para las sociedades occidentales. Sin la inmigración Europa agonizará, pero esta debe ser filtrada y controlada como es debido para que la crisis de hoy no se convierta en el suicidio etnográfico de mañana.

A Rajoy se le pueda echar la culpa de muchas cosas. Probablemente y según sus mayores detractores de la práctica totalidad de los males que padece el país. Por eso está aquí Pedro Sánchez, para solucionar los problemas en vez de convocar elecciones. Ahora bien, responsabilizar al anterior ejecutivo de no haber establecido una colaboración con Marruecos para poder hacer frente a la llegada masiva de inmigrantes que el propio Ministerio califica de "inesperada" no deja de ser un subterfugio.

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