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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

El ataque de la "Vespa"

Resulta que el misterio se resolvió de la manera más impensable: la sorpresiva suspensión de la celebración el pasado fin de semana de los fastos por el 50.º aniversario del Museo del Pueblo de Asturias se debió a la aparición en el recinto de un nido de la temible avispa asiática. Acabáramos...

La "Vespa velutina" no es la versión 2.0 de una moto italiana tuneada en amarillo y negro de las que pasean palmito y vuelan en rasante a la llamada del Euroyeyé, sino un insecto con un aguijón cargado de furia oriental, como los mamporros de Bruce Lee. Esencialmente, la avispa asiática, la velutina ésta, es como una de las nuestras, aunque un poco más grande y con peores pulgas.

Conste que antes fue la avispa que la Vespa. Y que la Vespa es una avispa con motor. El empresario Enrico Piaggio, padre de la célebre motocicleta, encargó el diseño al ingeniero aeronáutico Corradino D'Ascanio al término de la II Guerra Mundial. El tal ingeniero se las ingenió para diseñar un vehículo de aspecto revolucionario: puso el motor sobre la rueda posterior e ideó el brazo delantero pensando en el tren de aterrizaje de un avión. Cuando Piaggio vio la primera moto, exclamó: "Bella, mi sembra una vespa" ("Bonita, me recuerda a una avispa"): un culo gordo conectado a la parte frontal por una cintura delgada, y un manillar con forma de antenas.

Volviendo al insecto de marras que obligó a suspender el sábado el cumpleaños del notable museo gijonés, cabe considerar que aunque proceda de la República Popular China se trata de una especie monárquica, que se maneja a partir de una reina madre a la que rinden pleitesía multitud de obreras de la "city". O sea, como Isabel de Inglaterra.

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