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Carmen Pérez Novo

Los beneficios solares

La conveniencia de utilizar cremas con un adecuado índice de protección solar como parte de los hábitos de belleza diarios

Que el sol aporta luz y vida y que es fuente de salud e indiscutiblemente de belleza, es algo sabido por la mayoría de la gente. Porque, tomado en pequeñas dosis, a unas horas determinadas y con la suficiente protección, su radiación estimula la producción de vitamina D, aumenta la reabsorción ósea de calcio, contribuye a mejorar algunas afecciones cutáneas, ayuda a cicatrizar heridas, favorece el riego sanguíneo y ejerce como un poderoso euforizante. Sin embargo, lo que quizás muchas personas ignoran es que también puede convertirse en nuestro enemigo. Y es así, porque la exposición solar, aparte de aumentar la repercusión del cáncer de piel, empeorar o provocar la aparición de diversas enfermedades, e inducir prematuramente el envejecimiento, también aumenta la pigmentación en la cara. Y esto preocupa de manera especial a las mujeres, sobre todo durante el período gestacional, época en la cual es normal que haya un cierto grado de oscurecimiento de la piel en ciertas regiones (cara, mamas, línea media del abdomen, vulva, ano y cicatrices anteriores). En la cara, esta pigmentación oscura -cloasma gravídico o máscara del embarazo- se acentúa en la frente, pómulos, mejillas y en labio superior, pudiendo llegar a constituir un quebradero de cabeza para algunas mujeres, porque aunque suelen desaparecer semanas después del parto, en ocasiones, parte de estas pigmentaciones pueden persistir durante muchos años.

Por eso, sabido esto, no estaría de más que la utilización de cremas con un adecuado índice de protección solar pasara a formar parte de los hábitos de belleza diarios. Por otra parte, si tenemos en cuenta que la mayor radiación repercute sobre nosotros cuando estamos dispuestos a broncearnos, es aquí donde debemos extremar la precaución y llevar a cabo una exposición solar progresiva, preferentemente en las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde, utilizando siempre cremas resistentes al agua y con un índice de protección adecuado. Por otra parte, debemos recordar que los rayos ultravioleta atraviesan las nubes y el agua, por lo que no hay que olvidarse de proteger la piel durante el baño y en los días nublados.

Por eso, una vez llegados a este punto en que han ampliado sus conocimientos acerca de los efectos del sol, ¿no les parece que una de las delicias que nos consiente el destino es el sacarle el mejor partido posible a esta fuente innegable de luz, placer, salud y belleza?

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