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Millas

El trasluz

Juan José Millás

Fingimos entender

Noticias difíciles de comprender

Escuché en la radio un debate entre dos juristas acerca de la irresponsabilidad del Rey emérito y su consecuente inviolabilidad, o viceversa, y quedé agotado. Parecía un debate teológico. Desde la Teología se explica todo, incluso la posibilidad de ser uno y trino al mismo tiempo. Quizá por eso mismo, y dado que el mundo resulta cada día más hermético en términos racionales, las explicaciones sobre la realidad contienen, sin excepción, unos gramos de sustancia de orden religioso. Las páginas de Economía de la prensa constituyen uno de los ejemplos más claros de lo que tratamos de decir. Sigan ustedes las declaraciones del presidente del BCE, por poner un ejemplo, y comprobarán que habla ya más como un cardenal que como un experto en finanzas.

El otro día, en apenas 24 horas, Facebook perdió cien mil millones en la Bolsa. Una cantidad, decía "El Mundo", con la que Zuckerberg se podía haber comprado el 80% de Endesa o dos tercios de la antigua Gas Natural. Como eso es imposible, significa que lo que se ha perdido es la fe en la compañía, una fe que cuantificamos en euros a tontas y a locas. Igual dan mil millones arriba que mil millones abajo. La Bolsa es una especie de Vaticano donde el valor que está en juego es la creencia en una forma de divinidad laica, valga la paradoja, bajo la que discurren nuestros días. El Vaticano ha tenido el talento de no traducir las pérdidas de fe en dólares. Sería su ruina.

Pura teología, pues. Puro delirio. Hay días en los que uno se acerca a la prensa como a un texto sagrado para cuya comprensión deberá recurrir a la fe ciega más que al conocimiento racional. Así, Telefónica obtuvo en el primer semestre de 2018 "un beneficio neto atribuible de 1.739 millones de euros". Hemos entrecomillado la frase porque no sabemos qué quiere decir en ese contexto "atribuible". Lo cierto es que la compañía se forró. Lo que no sabemos es si se forró de forraje, porque esas cantidades tienen más que ver con la mística que con la ascética. No es todo: durante el mismo periodo, Repsol aumentó su beneficio en un 46%. Hablamos de cifras celestiales expresadas en discursos etéreos, como el de la irresponsabilidad e inviolabilidad de Juan Carlos. Usted y yo no entendemos nada, pero fingimos que sí.

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