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Descarbonización, playas y cambio climático

La escasa preocupación en Asturias por un futuro ecológicamente sostenible

Quizás, al ver el título, a ustedes se les ocurra pensar en las expresiones "confundir churras con merinas" o "asociar el culo con las témporas", porque sin duda les voy a hablar de una mixtura anormal; no les digo nada lo que exclamarán cuando comprueben que en el lote también van incluidas las minas de carbón y el CO2. No teman, nada más alejado de la ficción: centrales térmicas, extracción del negro mineral y calidad de las aguas de mar y río son temas íntimamente ligados con la sostenibilidad del medio ambiente, cuestiones en las que, para no variar y como toda la vida, en Asturias llevamos décadas de retraso y vamos contracorriente.

Llevamos un cuarto de siglo dilapidando miles de millones de los Fondos Mineros los que Europa nos había asignado para promocionar modernas industrias y empleo duradero mediante una transición escalonada en el tiempo en proyectos inútiles, por no aplicar términos más duros: verbigracia empresas creadas ad hoc para cerrar al poco de abrir esquilmando los presupuestos y, excusándose en los famosos ERES, indemnizar a políticos, parientes y amigotes que habían pasado por la empresa de visita. Autovías innecesarias, polígonos industriales, cursos de formación, Campus universitario de Mieres, Residencia Montepío Spa de Felechosa, museos de todo tipo y múltiples aulas de interpretación, piscinas, sendas peatonales, boleras?, actualmente todo medio en ruinas o definitivamente cerrado, con una población envejecida que disminuye a pasos agigantados, cuando hubo años de sobra para haber creado empresas de nuevo cuño, con futuro y puestos de trabajo para una juventud que ha tenido que emigrar porque hemos dejado de ser ricos. El lobby minero no ha sabido o no ha querido adaptarse a los nuevos tiempos; a los alcaldes el dinero llovido del cielo les vino grande para sus mediocres cabezas, huérfanas de ideas, y Asturias se quedó fané y descangallada. Ahora nos acordamos de Santa Bárbara. ¡Por amor de Dios, una moratoria! ¡Qué va a ser de nosotros! Las minas de carbón cerradas, las centrales térmicas otro tanto de lo mismo, más todo lo que conlleva en su entorno, olvidándonos, por ejemplo, de su extrema contribución al acelerado calentamiento global. ¡Oiga! Aquí somos diferentes, qué nos importa que la concentración media de dióxido de carbono, metano y óxido de nitrógeno, responsables directos del cambio haya batido en 2017 todos los récords de la historia agudizando la crisis del clima. Eso son historias de comunistas, masones y ecologistas que no tienen otra cosa para entretenerse. ¿A quién le interesa que cada vez se produzcan fenómenos meteorológicos más virulentos y con mayor frecuencia? Calor extremo que nadie preveía, origen de los incendios que calcinan los bosques en lugares como Laponia, el círculo polar ártico y Canadá, en donde las temperaturas en mayo y julio pasados fueron superiores a las del levante español. Fuegos devastadores en Grecia, España, Portugal, California? Por el contrario, tremendas inundaciones con cientos de desaparecidos en diferentes países europeos y asiáticos. Mientras todo esto sucede, cada día que pasa es más urgente apostar por energías limpias para estabilizar -si es que aún hay margen- el clima de la Tierra. En nuestra atípica Asturias apostamos por soluciones antagónicas con ellas: suplicamos prolongar las emisiones de carbono a la atmósfera en las centrales térmicas y su catastrófico impacto ambiental.

No sé a ustedes, pero a mí, dilucidar cuál de las tres administraciones, local, autonómica o central, es la más culpable o si están las tres en la misma proporción me trae de cabeza. Y no me vale el dicho de "mal de muchos, consuelo de tontos" porque por muchos puntos negros que depuran mal el agua en nuestro país he de referirme al que más de cerca nos toca: el de Gijón Este, denominado El Pisón. En realidad, pienso que el gran culpable, por su impaciencia, ¡demonio, qué prisa tienen! es el Tribunal de Justicia de la UE. ¡Tampoco es para tanto, pero cómo pasan los años! En mayo de 2010 se autorizó la construcción de la planta depuradora. A primeros de 2015 el TSJ de Madrid ordenó paralizar la obra. En febrero de 2016 el Tribunal Supremo la declaró ilegal. Dos meses después la Audiencia Nacional ordenó ejecutar la sentencia que da la razón a los vecinos, que con anterioridad ya habían ganado el pleito contra la planta de tratamiento, la Plantona, iniciado en 1995.

Ayuntamiento de Gijón, Principado de Asturias y Gobierno, los tres en las musarañas, viéndolas venir, arrojando las aguas sin depurar directamente al mar, que ya se diluirán sin que se note demasiado. Lo malo sucedió el día que llovió un poco más de la cuenta y se descubrió el tomate. Las aguas de la playa de San Lorenzo se tornaron color detritus; el olor a caca humana se hizo insoportable y las cabezas visibles silbando un tango. La playa clausurada, las ratas a su aire y el río Piles, más las playas de Estaño, Peñarrubia y las que te rondaré morena pura cloaca.

Todavía no han descubierto que, al igual que todos los mares, el Cantábrico es un bien común al que debemos librar de cualquier tipo de contaminación, no solo por los bañistas, si no por contribuir de manera efectiva contra el deterioro ambiental que, por lo expuesto, podemos observar que únicamente nos preocupa desde el punto de vista económico cuando lo positivo sería luchar por el futuro sostenible de la humanidad.

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