A una semana de la finalización del evento, parece difícil que la Feria Internacional de Muestras logre batir en la actual edición su récord de visitantes. Nos hemos acostumbrado a que la manifestación ferial de agosto, de igual forma que el encuentro popular de escanciadores en Poniente con entrada en el "Libro Guinness", mejore cada año sus registros y auguramos que su crecimiento va a ser siempre exponencial; pero puede que este año las expectativas no se cumplan.
La dirección de la Feria aventuró la noche del domingo una contabilidad de 307.415 visitas en la primera semana desde la apertura del ferial. Para superar los 714.424 del pasado año hace falta que pasen por los tornos del recinto Luis Adaro otros 407.009. O sea, 58.144 al día hasta el cierre dominical.
No le falta razón al presidente de la Cámara de Comercio, Félix Baragaño, cuando considera que lo importante no es el número de personas que visitan la feria sino que los expositores estén contentos con sus ventas. Mucha gente no vuelve, relata un veterano trabajador del ferial, porque ya no regresa a casa cargada de regalos. De cualquier forma, no le vendría mal a la organización ferial una vuelta de tuerca, una reflexión de qué programar para que la visita resulte más atractiva para los asturianos. El contenido, el caramelo, es sabroso y lo seguirá siendo, porque su sabor resulta apetecible a cualquier paladar. Lo que habrá que cavilar es cómo mejorar el continente: cada año las mismas caras y parecidos argumentos.
