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Fernando Granda

Por qué pagamos tan cara la energía

Estamos los españoles entre enfadados y sorprendidos cada vez que hablamos del precio de la luz. Y nuestro asombro aumenta en cuanto alguien se refiere a las fuentes energéticas. Es frase muy común esa de que el recibo de la luz no lo entiende ni el ministro de Industria. Y es tan antigua que pasan los ministros y el recibo sigue ininteligible para el consumidor. He escrito sobre la urgente necesidad de buscar el sol, el viento, el agua, para lograr una energía saludable, barata, sostenible, abundante y no contaminante. Mientras, el profesor Jesús Arango explicaba en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA la política energética seguida por la rica Alemania, sus pequeñas deficiencias y sus factibles éxitos. Las comparaciones demuestran nuestro fracaso, por eso pedimos que nos expliquen de una vez por qué en España no se sigue una política similar. Y Luis Gancedo apunta al mercado de bonos de CO2 y los "brokers". ¿Por qué pagamos tan cara la luz?

Al tiempo que sufrimos la carestía eléctrica un muchacho de Ponferrada, Diego Cuevas, explicaba en un popular programa de televisión que hace unos años viajó becado por la Junta de Castilla y León a Nueva York. Este joven es hoy un ejecutivo que dirige las operaciones en Estados Unidos de una empresa que fabrica vidrio fotovoltaico, cristal que genera electricidad para los edificios, "algo muy innovador" señalaba él mismo, y "ya" es un "ahorro que tenemos todos en nuestra factura eléctrica". Mostraba luego una pieza de suelo fotovoltaico también: "vas a poder caminar sobre él a la vez que generas electricidad? es decir, la transición energética es real, está ocurriendo?", decía. O sea, un leonés de la capital del Bierzo, donde luce el sol muchas horas al día muchos días al año, dirige una industria que hace que la luz sea más barata. Pero en Estados Unidos.

Lamentablemente en España, adonde llegan cada año muchos millones de turistas en busca del astro rey, la luz es cada vez más cara. Si bien las compañías manifiestan que gran parte de esa energía ya es producida por el sol, el viento y el agua, en el enrevesado recibo sigue la luz sin reducir su precio. Dicen que su dependencia de los caros combustibles fósiles la reducen progresivamente. Y la publicidad de esas empresas remarca que cada día son más ecológic s recursos energéticos propuestas por la Unión Europea.

Comparaba recientemente en estas páginas el profesor Jesús Arango la renovación de las fuentes energéticas entre Alemania y España. Animaba el exconsejero a intensificar la instalación de energías renovables para realizar una sustitución avanzada del carbón como fuente de energía. Porque esperar a que cierren las centrales que funcionan con combustible fósil sería fatal. Señala el profesor que debe abordarse con urgencia un estudio de la estrategia más conveniente a seguir por el Principado de Asturias y ponerla en marcha. Por su parte el Gobierno de Pedro Sánchez ha de abordar ya los cambios de normativa para que los españoles podamos disfrutar sin las actuales restricciones de los beneficios de las energías naturales. ¿Por qué Alemania tiene una energía más barata que España si depende en una cuarta parte del carbón, tiene planificado prescindir de la nuclear en los próximos cuatro años y, por supuesto, recibe mucha menos luz solar que el suelo hispano?

Además, en plena polémica sobre la venta de vehículos diésel, veo necesario estudiar presupuestos, comprobar las cuentas que marcan al automóvil eléctrico como demasiado caro respecto a los que funcionan con combustibles fósiles. Como se argumentaba antes respecto al precio de los vehículos diésel se puede razonar hoy sobre la bonanza de los eléctricos. Animo al ejecutivo de Javier Fernández a implicarse fuertemente en el tema. El eléctrico al inicio cuesta más, escasean las fuentes de carga y, de momento, tiene una autonomía limitada. Esa carestía se recupera instalando cargadores en los garajes, inversión que compensa ya que las cargas eléctricas son muy baratas si las comparamos con las del gasoil o la gasolina. Y las nuevas baterías permiten ya hacer viajes largos, cada vez tienen más autonomía.

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