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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Encender y apagar fuegos

Unanimidad en la valoración popular de la noche de los fuegos: sobresaliente. Nadie de quien los presenció en la medianoche del martes les ha encontrado un pero. Coincide la crítica en parabienes hacia un espectáculo de enorme calidad que ya se iba echando en falta. Los de los últimos años fueron dignos pero repetitivos.

Al equipo municipal de gobierno, que hoy pasa otra prueba de fuego sobre el alambre de su soledad en el Pleno extraordinario para dar cuenta de las llamadas telefónicas del "Patatero" al Ayuntamiento (y no precisamente para ofrecer un catering de tortillas y alioli), hay que reconocerle dos aciertos en estos años: uno, la inicial iluminación navideña; y dos, la elección de la pirotecnia valenciana que hizo estallar ayer pólvora majestuosa en Gijón.

Se le notaba nerviosa a la alcaldesa en la tarde-noche de los fuegos. Participaba en un ágape multitudinario plagado de "vips" pero quien posara la vista en sus gestos percibía que la lideresa echaba la vista al cielo. Sabía Moriyón que, salvada la meteorología que todo lo trastoca, quedaba por plasmar en la bóveda nocturna que la propuesta levantina no era pólvora en salvas. Y a decir verdad, los efectos visuales, sonoros y fumígenos satisficieron todas las expectativas. O sea, que no hubo petardazo.

De cara al Pleno de hoy, cabría solicitar a quien del equipo de gobierno dé la cara ante la oposición para recibir una ensalada de coscorrones a cuenta de los enredos de la trama "Enredadera", que no recurra a fuegos de artificios ni a castillos en el aire. Que una vez que ya está encendida la mecha, es menester apagarla de una vez; no vaya a quedar resquicio y le estalle la bomba a alguien en las manos.

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