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Cuestión de nombre: Pelayo, Covadonga, Leonor

Tres elecciones al margen de extranjerismos, modas efímeras y ocurrencias

El nombre personal nos representa. Es lo primero que preguntamos y decimos cuando conocemos a alguien. "El nombre es nuestra primera seña de identidad, aquello que nos identifica y nos individualiza. El apellido es algo relativamente nuevo, y en algunas culturas no existía casi hasta la contemporaneidad". Antes se utilizaba el nombre del grupo, clan o tribu al que se pertenecía. De hecho de ahí deriva el apellido.

Los padres cuentan mucho en la búsqueda del nombre propio. El apellido, hereditario, está hecho. Pero el nombre que nuestros hijos llevarán toda la vida es objeto de meditación. Entre los nombres propios hay de todo: el santoral es un recurso muy socorrido; los nombres familiares son el primero; los referentes históricos están en el imaginario cultural siempre a mano. Algunos prefieren acudir a los extravagantes para poner un signo de originalidad a veces castigo permanente de quien ha de llevarlo. Los nombres relacionados ahora con personajes "de película" o "de famosos" suponen por momentos una invasión. Hay pueblos que se hicieron célebres por los nombres raros de sus habitantes y quisieron conservar esa fama. Y hay muchos nombres relacionados con épocas, creencias, revoluciones o ideologías cuya frecuencia está marcada por aquellas. A menudo nuestros nombres delatarán "nuestros gustos culturales y origen social" o serán muestra de ello.

Entre los tres nombres propios reunidos en Asturias entorno al Día de nuestra comunidad, ayer, 8 de septiembre, destacan este año los relacionados con la especial relevancia de fechas centenarias objeto de conmemoraciones con un acto de protocolo especial. Pelayo, el primer rey de la monarquía astur elegido en el año 718; Covadonga, la Santina patrona asturiana, coronada en el año 1918, el mismo en el que se diseñó el primer Parque Nacional que llevaba su nombre. Un mil trescientos aniversario y dos centenarios. Y la visita real, con protagonismo especial de la Princesa de Asturias, doña Leonor, titular de una dignidad instituida en 1388 hace seiscientos treinta años, ligada a esta tierra origen del reino. Cifras redondas para tres nombres propios. Nada que ver los tres con extranjerismos, modas efímeras ni ocurrencias.

Nos confirma el Instituto Nacional de Estadística (INE), en su aplicación nombres/apellidos, que hay en España 22.908 mujeres con el nombre de Leonor, con una media de edad de 59 años. Y es sabido que Leonor, nombre, ha rejuvenecido desde que los Reyes de España decidieran dárselo a su primogénita. La presencia del femenino Leonor es considerable en Madrid y Barcelona (por encima de 2.500) además de Cádiz y Valencia (superior a 1.000). Es Leonor un nombre de arraigo en la historia. Y ese fue uno de los argumentos utilizados por el rey Felipe VI a la pregunta de la prensa sobre la elección para su hija del nombre: "porque tiene muchos vínculos históricos y nos gustaba", afirmó. Ciñéndonos a la Historia de España, Leonor (que tiene honor; que resplandece; que es audaz) fue nombre de al menos 16 reinas o reinas consortes relacionadas con los territorios de la Península Ibérica entre los siglos XII al XV, y ya en el XVI fue doña Leonor de Austria, reina consorte de Portugal y de Francia, hermana del emperador Carlos V y pieza clave de su política imperial. Curiosidad extra: era doña Leonor de Aragón la madre de Enrique III el Doliente (1379-1406), primer titulado Príncipe de Asturias, y en cuyo tiempo transcurre la novela romántica de Mariano José de Larra "El doncel de don Enrique el Doliente", que doña Letizia regalara a don Felipe el día de su compromiso.

Muchos menos en cantidad y mucho más definida su geografía hoy son los nombres de Covadonga y Pelayo. Desde Covadonga se han propuesto convocar el día 15 de septiembre una concentración de 'Pelayos' y 'Covadongas'.

Covadonga (Cova dominica o cueva de la señora, cueva del agua) es nombre de mujer muy asturiano. De nuevo por el INE sabemos que hay 4.521 féminas llamadas Covadonga, cuya edad media es de 40,2 años, lo que aún es indicativo de cierta vitalidad electiva. Concentradísimo tal nombre propio en Asturias con 1.942. En ninguna otra provincia llegan a mil, aunque Madrid, la Villa y Corte, caleidoscopio nacional tiene inscritas 892. Superan el centenar en nuestras vecinas León y Cantabria. Y se acercan a la centena en Vizcaya y Barcelona. Relacionado el nombre con la advocación mariana del santuario, el abreviado "Cova" viene a ser habitual. Es una relación especial la que plantea este nombre tan propio. Insignificante su uso en la Edad Media e incluso en la Moderna, asumido como topónimo especial de lugar de culto y devoción, el nombre de Covadonga se humanizó y feminizó tarde. No se trata pues de un nombre de recorrido de siglos, sino más frecuente tras la popularización de la Santina como patrona regional y su conversión en centro de referencia en el XIX y, sobremanera a partir de su coronación en 1918.

Más o menos por la misma cantidad de Covadonga están los Pelayo que son 4.536, nombre rejuvenecido pues su media de edad 20,8 años, lo que indica una cierta tendencia a recuperarlo como antropónimo. También la adscripción geográfica de Pelayo esta muy definida por Asturias y su historia ahora. Son 2.326 los Pelayo asturianos. Superan los 800 en Madrid y los 100 en Barcelona, ciudades siempre con gran proyección como centros de inmigración nacional. Ningún sucesor regio adoptó el nombre del primer mítico monarca. Un ermitaño, un santo, un conde, otro noble rebelde?Abundaron los Pelayo. El medievo fue la edad dorada del nombre Pelayo. Consta entre los favoritos durante todo el siglo XIII, como nombre propio y también familiar, patronímico; continuó en la centuria siguiente. Es proyectado a zonas reconquistadas como Braga, Toro e incluso en Jerez, por citar algunas; eran Pelayo o Pelagio. Decae en el siglo XV, con el fin de la Reconquista y se renueva con la revitalización de los fundamentos del reino en el romanticismo decimonónico y sobre todo tras los fastos de 1918, aunque circunscrito al ámbito regional. Andando el tiempo se reconvirtió, como tantos, en apellido. Un total de 4.473 lo tienen hoy como primer apellido y de 4.551 de segundo.

Vinculados a la historia, la familia, las tradiciones, los lugares que amamos, las creencias religiosas y los hechos prodigiosos los nombres propios nos identifican...

[Roberto Faure (2002). "Diccionario de nombres propios". Espasa; Viejo Fernández, X. (1997). "La conformanza hestorica de l´antroponimia asturiana". Conseyería de Cultura; INE: nombres y apellidos (Internet)]

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