La ventaja de una reconquista, para el reconquistador, es que como lo que conquista era antes suyo queda absuelto de la ambición de poder. ¿Habrá emprendido de veras una parte de la jerarquía eclesial la reconquista del Vaticano, expulsando al invasor Francisco?, ¿con qué fuerzas cuenta en Roma y en provincias?, ¿hay que interpretar ya bajo esa clave todo lo que se haga, diga o declame en cualquier punto del sistema-Iglesia?, ¿qué ha hecho tan malo Francisco para que se le deteste así, o se le ningunee, considerándolo un error ortográfico tras el empaque conceptual, digno siempre de cita, de Wojtyla y Ratzinger? Ya que de momento no se le puede acusar de relativista moral (aunque sea algo sospechoso), creo que lo que más ofende de él es su sencillez franciscana, un insulto para los que no saben bajar hasta esa altura, y un mal ejemplo que puede acabar llegando a todas partes.
