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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Pesimismo antes de tiempo

Una ola de inicial pesimismo se ha instalado en cierto sector de la Mareona que no entiende que un equipo con aspiraciones de ascenso pueda pasarse noventa minutos de un partido crucial sin disparar una sola vez a puerta, como ocurrió el domingo en Riazor. Sin inquietar ni una sola vez al arquero contrario sólo se puede aspirar, como mayor premio, al empate a cero. Fiar toda la cosecha a una defensa numantina conlleva ciertos riesgos, como que te pinten la cara en la última jugada del partido, cuando las manecillas del reloj apuntan al finiquito del descuento.

Convendría, de cualquier forma, no dejarse embaucar tan pronto por el desafecto, aun reconociendo que la falta de pólvora parece, de inicio, la principal rémora del armamento rojiblanco, al que le cuesta encontrar el punto de mira. Aguarda la grada con impaciencia el estreno goleador del fichaje de mayor carestía, el serbio Djurdjevic, que se harta a correr a la vista de que no le llegan balones suficientes para demostrar si ha merecido la pena tan elevado desembolso.

Lo mejor de este Sporting de la internacionalización es su talante y solidaridad en el reparto de las tareas defensivas. Va a costar mucho trabajo a los rivales perforar la portería local, pues donde no llegue el entramado de la fortificación acudirá Mariño en prestación de socorro. Demos tiempo a que se ponga un poco de orden lingüístico en esta torre de Babel y en pocas semanas se verá otro equipo, tan aguerrido en la retaguardia como mejor pertrechado en ataque. Al menos eso es lo que esperamos todos, los que acuden al cemento y los que animamos desde el salón de casa. Tiempo habrá de empuñar, si hace falta, la espada flamígera.

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