María Luisa Carcedo siempre ha sido una firme defensora del medio ambiente. Su empeño y su tesón fueron determinantes para que cristalizara la ampliación del parque de Covadonga a los tres macizos de los Picos de Europa, formalizada el 30 de mayo de 1995, solo 48 días antes de que dejara su cargo como consejera de Medio Ambiente y Urbanismo del Principado de Asturias. Una ampliación que generó largas negociaciones, interminables discusiones y graves desavenencias.
Puede decirse que la nueva ministra de Sanidad es la "madre" del parque nacional de los Picos de Europa. Ella defendió el proyecto socialista en el Congreso de los Diputados frente a una derecha enrocada en contra de la ampliación, y se enfrentó y trató de convencer a alcaldes y vecinos, mayoritariamente contrarios a la propuesta y agrupados bajo el lema "Parque nacional, de entrada no".
El que era entonces alcalde de Cangas de Onís, el socialista Alfredo García, recordaba ayer que tuvo "bastante trato" con Carcedo, sobre todo por el proyecto de ampliación del parque y por el saneamiento de la ciudad. Es una mujer "muy trabajadora" y "exhaustiva en su tarea", con la que tuvo "una relación buena" en una etapa "muy dura" por la oposición vecinal a ampliar el parque. "Es muy convincente y firme en sus ideas", añadió García.
José Antonio Pérez Prieto era alcalde de Cabrales por el PP -después pasó a Foro- cuando se tramitaba la ampliación del parque a los tres macizos de los Picos de Europa. Fue el cabeza visible de la oposición al proyecto, pese a lo cual asegura que su relación con Carcedo fue "buena, desde la discrepancia". Recuerda que tuvo con la nueva ministra de Sanidad "muchas discusiones", pero "siempre por cuestiones políticas" y "de forma educada". Afirma que el trato con Carcedo fue "en todo momento correcto. Siempre la aprecié", subrayó Pérez Prieto.
A Carcedo le quedó durante muchos años una "espina clavada" en torno a la ampliación del parque nacional: el proyecto que defendió incluía cerca de 2.000 hectáreas de Peñamellera Alta, pero la oposición vecinal fue en ese concejo de tal calibre que, finalmente, el Principado tuvo que ceder, modificar los límites y dejarlo fuera. Claro que veinte años más tarde se cerró el círculo: las dos Peñamelleras acabaron incorporándose al Parque por petición expresa de ambos ayuntamientos.
Carcedo se opuso a la construcción del funicular de Bulnes, al considerar que su finalidad era promover el turismo masivo en pleno corazón de los Picos de Europa, lo que a su juicio podría derivar, incluso, en la descatalogación de los Picos como parque nacional, según advirtió entonces.
Asimismo, la recién nombrada ministra de Sanidad defendió la opción del túnel bajo la ría de Villaviciosa para la autovía del Cantábrico, una alternativa con menor impacto ambiental (visual sobre todo) que las demás estudiadas y que acabó siendo la elegida.
