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Sol y sombra

Un par de exhumaciones

El ventilador airea el fraude académico entre la clase política

El día en que el Congreso aprobaba la exhumación de los restos de Franco, el doctor Sánchez concedía, después de mucho resistirse, la exhumación de su famosa tesis a la curiosidad general, en medio de acusaciones de plagio. La legislatura se manifiesta agotada por una especie de necrofilia estulta que arrastra consigo los fantasmas del pasado y la inutilidad del presente, con imposibilidad de tejer alianzas beneficiosas para los intereses generales y Cataluña como el gran problema que los políticos constitucionales son incapaces de afrontar de la manera en que es debido. Sólo tienen espolones para sus riñas de gallos.

Sin tener en cuenta que nada ni nadie resiste el examen riguroso de una lupa en un país de pillos, el doctor Sánchez planteó la regeneración como programa y ahora se encuentra con dos ministros dimitidos en cien días por culpa de chanchullos. Sobre él mismo, que se atrevió a señalar con el dedo acusador al opositor Casado por su máster, planea la sombra de la duda de la tesis doctoral acerca de la diplomacia económica que supuestamente le fabricaron unos amiguetes mediante la técnica recurrente del corta y pega. Jamás habría pasado nada, ni nadie enterado seguramente, si la táctica del ventilador no se hubiera dejado de emplear desde que se desencadenó el "caso Cifuentes". Los vendavales arrastran a su paso todo lo que encuentran.

En la Alemania de Merkel, desde 2009, son tres los ministros dimitidos por plagiar tesis doctorales, en los casos de dos de ellos, y falsear el currículum académico, un tercero. Sánchez, de ser Herr Sánchez, tendría un problema. Como no lo es se limitará a seguir siendo un problema para el país.

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