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Imagine

La preocupante falta de pegada y de valentía del equipo de Baraja y la soledad de Djurdjevic arriba

Los que rondamos los 50, la generación del "baby boom" en España, somos muchos y más veces de lo razonable sufrimos ataques de nostalgia juvenil. Crecimos con la "Bola de Cristal" los sábados por la mañana y con Quini metiendo goles imposibles los domingos a las cinco de la tarde en El Molinón, o donde tuviera a bien desplazarse el Sporting. Nos acostumbramos a eso y pensamos que las cosas iban a ser siempre así. En ese inclasificable programa, que era una especie de cajón de sastre en el que todo lo imaginativo tenía cabida, de vez en cuando dejaban la pantalla en negro y una voz en off decía: "Tienes quince segundos para imaginar; si no se te ha ocurrido nada, a lo mejor deberías ver menos la tele".

Cuando veo los partidos del Sporting de esta temporada mi mente tiende a quedarse en negro, o en blanco (el color no lo tengo muy claro) y se pone a imaginar. Se me ocurrió pensar en qué habría pasado si en un alarde de eficacia máxima por parte de nuestro director deportivo y de amor a los colores por parte de Robert Lewandowski, éste hubiera sido nuestro delantero centro esta temporada. Como imaginar es gratis seguí con la tarea y deseché al polaco y me fui a por el mejor Van Basten, el que ganó la Eurocopa con Holanda y metía goles espectaculares con el Milán.

No me quedé ahí y me dije que puestos a imaginar un delantero centro ¿Por qué no el más grande? ¿Por qué no Quini? ¿Qué hubiera pasado con el Sporting si en lugar de Uros hubiéramos tenido al hombre que le da nombre a nuestro campo? 15 segundos o veinte minutos después volví de mi estado de enajenación mental transitoria y Djurdjevic, como el dinosaurio de Monterroso todavía estaba allí, persiguiendo sombras y tratando de rescatar balones del cielo. Con un equipo cuya máxima aspiración es mantener la portería a cero da igual que hagas el fichaje más caro de la categoría. Si el balón permanece siempre a más de treinta metros de la portería rival es difícil que los delanteros tengan importancia en el juego. Es cierto que en Alcorcón, en los diez minutos finales hubo tres disparos con peligro, el de Pelayo Morilla, el de Neftali y el final de Souza que acabó en la red. Tres disparos lejanos y cero acercamientos al área rival en 180 minutos es el balance de los dos partidos que le ha tocado jugar al Sporting como visitante. Contra el Numancia en Copa el balance es de dos goles en propia puerta y este fin de semana, otra vez con los sorianos como rivales, un gol a balón parado y diez minutos en el primer tiempo en el que el equipo recordó que teníamos delanteros.

Si tuviéramos que encontrar un adjetivo que uniera a los dos equipos que ascendieron de manera directa el año pasado, Rayo y Huesca, podría ser el de valiente. La misma valentía que mostró siempre el Sporting de los Guajes que miró a la cara a todos los rivales con los que se enfrentó y que se permitía, con la insolencia propia de la juventud, someter a equipos de presupuesto mucho más alto y fichajes más caros de la categoría.

Los que rondamos los cincuenta y nos gusta el fútbol aprendimos mucha geografía asturiana gracias al equipo rojiblanco y a las crónicas de los partidos que leíamos con avidez en los periódicos regionales. Trevías, Turón, Sotrondio, Antromero, Pervera, Ujo? eran tiempos donde los refuerzos venían de Segunda B y permanecían unos cuantos años en la plantilla. Aprendimos también que existían localidades en España llamadas San Roque, Sagunto, Plasencia o Villagarcía de Arosa y sin saber muy bien cómo nos fuimos a Turín a jugar en Europa. Ahora se estila dominar la Liga francesa y portuguesa y cuando llega un jugador empiezas a pensar en cuándo se va a ir.

Tenía un amigo en la adolescencia que se compró una cinta de VHS y no tenía reproductor en casa para verlo. Esperaba que sus padres se lo compraran a final de curso si sacaba buenas notas. Nosotros tenemos un buen delantero, pero no atacamos. A lo mejor también vamos a esperar a que llegue junio para atacar.

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