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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

El entorno anda nervioso

Anda el entorno (con mayúsculas) rojiblanco sorprendido por las críticas que está recibiendo el equipo tras el arranque poco motivador de los de Baraja. La realidad en un club cuyo objetivo es el de estar arriba y pelear por el ascenso es así de dura. También lo es después de la inversión realizada este verano y la limpia -entre el adiós de los cedidos, de los que acababan contrato y de los traspasos- en la plantilla para no perder pie en, dicen, la Segunda más igualada de los últimos lustros.

Así que el entorno (con mayúsculas) tendrá que asumir la presión de pertenecer a un club con un pasado dorado que sigue arrastrando a mucha gente -ahí está la celebración del 40 aniversario del Sporting-Torino-, que cuenta con uno de los límites salariales más altos de la categoría y con el que lloran, ríen, se emocionan, pierden el apetito y se cabrean más de 20.000 seguidores cada vez que hay partido en El Molinón.

Y precisamente será en El Molinón donde el equipo tendrá la posibilidad de comenzar a enterrar las malas sensaciones con las que ha arrancado el curso. Será buen momento para ver cómo Baraja es capaz de gestionar la pizarra para darle una vuelta a la imagen del equipo, para que, por ejemplo, Uros comience a demostrar el porqué Torrecilla pagó 2,5 millones o para que el desconocido Blackman luzca las cualidades que se le presuponen. Y todo ello ante un rival de entidad como Las Palmas, que llegará con un viejo rockero como Rubén Castro, punta de lanza de aquel equipo en el que formaban Momo o Carmelo. Aunque queda mucho camino, será una buena prueba para ver hasta dónde puede llegar este proyecto: si a llamar a las puertas del cielo, si condenarse a vivir una insulsa campaña en las medianías de la tabla o si tener como objetivo los 50 puntos.

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