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Vicente Montes

Optimismo ante un pulpo

Las incumplidas promesas políticas con el Noroeste

Por estas fechas, hace trece años, el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, prometía en Lugo, ante un pulpo a feira en la caseta La Barra, en plenas fiestas de San Froilán, que llegaba "el tiempo del optimismo y el desarrollo" para el Noroeste. Le acompañaban los entonces presidentes de Asturias y Galicia, Vicente Álvarez Areces y Emilio Fernández Touriño, respectivamente.

Decía Zapatero (pero en la hemeroteca hay ejemplos de todo signo) que frente a quienes invertían "más en aquellas regiones con más renta" él lo haría en las que más apoyo necesitaban. "No regatearemos en las inversiones para Galicia y Asturias", dijo. En medio del optimismo, Touriño anunció el "compromiso por la cohesión territorial y con un espacio que tiene todo el futuro por delante". Areces, no iba a ser menos, proclamó "una apuesta que nunca había existido" y "basada en hechos y no en palabras".

Ya digo que, en este caso, el Gobierno de Zapatero podría cambiarse por otro en todo este periodo, pero también era socialista como el actual. El resumen es que trece años después hubo palabras y no hechos. Y esa vieja España de dos velocidades sigue tan vigente como entonces. No extraña que ahora los empresarios, dispuestos a coger el toro por los cuernos en el "pacto de Oviedo por el Noroeste", no quieran ni oír hablar de políticos. O quizá sea que ante un buen pulpo no es difícil llenarse la boca.

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