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Pablo González

En territorio comanche

Pablo González

A falta de fútbol, comedia

La polémica Tebas-Rubiales anima estas semanas sin fútbol de Primera

No hay como contar con una buena pareja de cómicos para oxigenar de estos días sin fútbol de Primera, de tantos análisis, sesudos reportajes de investigación y ensayos filosóficos sobre si la crisis del Madrid es culpa de Lopetegui, de la pérdida de los cincuenta goles anuales de la princesita de Madeira o de la obsesión del tito Floren por pedir un crédito mareante para cubrir el Bernabéu. Y en estos tiempos la pareja de monologuistas de moda es la que forman Javier Tebas, consejero delegado del negocio, en otros tiempos deporte, del fútbol español, y Luis Rubiales, autoproclamado guardián de las esencias del balompié patrio desde que alcanzó la presidencia de la Federación.

Tebas y Rubiales andan de gira por diversos escenarios en los que están presentando su espectáculo sobre el Girona-Barça, el partido de las esteladas, a disputar el Miami. El consejero delegado tiene tan claro que la Liga se exportará al "paraíso" que está creando Trump, que apuesta 10.000 pavos de su sueldo. Rubiales pasa de jugarse los cuartos porque dice caminar sobre seguro y no quiere aprovecharse de que tiene todo el mazo de cartas ganadoras en su mano, por lo que en USA ya pueden esperar sentados y silbando tangos por el partido. Y por si esto fuera poco, Rubiales amenaza con retirar el control de los horarios televisivos -fuera los partidos de los lunes, los de los viernes, los del mediodía, los de la hora de la siesta...- a la LFP.

La cosa tiene pinta de que va a dar para episodios hilarantes en esta primera temporada del serial Tebas-Rubiales. La sitcom del fútbol hispano, además de comedia, tiene un punto de relato político-social de la España del momento. Tebas bien podría representar a ese hombre de las nuevas derechas, ultra amansado por los billetes, que ha sabido convertir el otrora ruinoso fútbol en un buen negocio a costa de sacrificar lo que en él hay de deporte.

Mientras, Rubiales, futbolista metido a sindicalista y ahora en la cumbre de la Federación, representaría a la nueva política (podemista o no) que viene a recuperar para (Nos) el pueblo la esencia del fútbol por encima del negocio. Tomó el poder utilizando los resortes pseudemocráticos de la Federación y ahora se espera que sustituya ese sistema tardofranquista de elección presidencial por el de "un hombre, un voto". Ya se verá, que en una de estas, y como ya ha sucedido con otros camaradas de la nueva política, igual le sale la vena maoísta-stalinista y todo habrá cambiado para seguir igual. Entonces la serie ya no dará tanta risa.

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