El Real Oviedo inicia hoy en un escenario de Champions una singladura de seis jornadas que pueden resultar muy clarificadoras para medir las posibilidades del equipo en esta temporada. Rayo Majadahonda, Osasuna, Nàstic, Mallorca, Dépor y Sporting son los rivales que quedan para completar el primer tercio de la temporada. Llegado ese momento, será hora de un primer balance, algo así como la primera evaluación del curso, nada definitivo pero sí apropiado para sacar las primeras conclusiones.
Apenas transcurridas ocho jornadas de campeonato, sorprende que algunos ya hayan perdido la paciencia cuando, datos cantan, el Real Oviedo lleva dos puntos más que la Liga pasada a estas alturas. El arranque de los azules ha sido bastante similar, con la misma cantidad de derrotas (2) pero con una victoria más (3) y un empate menos (2) que en la Liga precedente. Muy pronto, demasiado para tomar decisiones que correrían el riesgo de ser precipitadas. Hay tiempo para que el equipo se entone y el míster dé con la tecla aunque conviene ir puntuando de tres entres para que la distancia que saquen Málaga, Dépor y Granada no se antoje inalcanzable demasiado pronto. Por ahora, el Real Oviedo está donde le corresponde por su potencial y presupuesto económico pero que aburrido sería el fútbol si el determinismo del dinero marcara los derroteros de una competición como la Segunda División española, tan igualada, tan disputada. La trayectoria y buen hacer de equipos como el Eibar, Leganés y Girona son ejemplos de que proyectos bien trabajados cuentan con otras fortalezas, euros aparte, para dar el salto a la Primera División. Lo mejor de este arranque es que el equipo, sin estar fino, está a dos puntos del play-off; cabe pensar que cuando jugadores de peso específico como Berjón, Folch, Mossa, Johanneson, Tejera y Joselu cojan la ola buena, el equipo irá para arriba.
El partido del Wanda se presenta como una nueva ocasión para enlazar, por primera vez esta temporada, dos victorias consecutivas, una media necesaria para estar más cerca del pelotón cabecero de la Segunda. Pero, seguro, no será tarea fácil. Los madrileños unen al entusiasmo de ser un equipo recién ascendido, el plus de confianza que les da haber vencido al Sporting el pasado lunes después de tres derrotas consecutivas, así que huelga las confianzas y tener bien presentes los errores cometidos en el campo del Alcorcón para tratar de minimizar los fallos y sacar petróleo de las ocasiones que se puedan presentar a lo largo de los 90 minutos. Los partidos ante Extremadura y Elche en el Tartiere han permitido conocer de primera mano que los recién ascendidos no son ni mucho menos rivales fáciles, así que frente al Rayo Majadahonda habrá que jugar tan intensos como la primera parte del Albacete, sin duda una buena referencia para la imagen que la afición azul desea de su equipo. Con Bárcenas con su selección aparece una buena oportunidad para que Aarón se reencuentre con su mejor versión en "casa" de su hermano. Buen viaje de ida y vuelta para los tres mil que acompañarán al equipo en Madrid.
