Probablemente, el Ministerio de Fomento hará un pronunciamiento esta misma semana o la próxima a más tardar sobre la inminente firma del convenio del plan de vías de Gijón. Cabe la posibilidad también de que ese convenio sufra modificación en algunos de sus contenidos, cuya trascendencia a día de hoy se desconoce. ¿Seguirá al pie de la letra el plan financiero que permitiría al Ayuntamiento de Gijón hacer más llevadera la carga de su participación económica en el proyecto, que se sustenta en un préstamo de Adif pactado con el anterior gobierno? ¿Estarían los técnicos de Fomento evaluando que el precio de la estación intermodal podría dispararse de mantenerse la ubicación prevista en las inmediaciones del Museo del Ferrocarril?
Sea cual sea la intención del Ministerio respecto al proyecto de infraestructuras más importante de los que Gijón tiene pendiente, el asunto no soporta ya nuevas y lacerantes demoras. Tal es la opinión de los partidos políticos municipales, incluso el de idénticas siglas al que lleva las riendas del Gobierno de la nación, manifestada con rotundidad ayer. Los partidos van a ir de la mano de los sindicatos, del movimiento vecinal y el asociativo y esperan que las patronales se sumen a la justa reclamación general. El 31 de octubre es la fecha tope para que el Ministerio de Fomento se defina y en Gijón no se va a aceptar otra propuesta que no sea la que fue acordada con el anterior titular de la cartera de Infraestructuras.
Ciertamente, el reloj se ha puesto en marcha y el minutero, que nunca se detiene, ha echado a correr. ¿Habrá que recordarle a Ábalos que van pasando las horas?
