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Emprendimiento responsable

Dos casos de éxito en las relaciones Universidad-empresa

A veces se critica a la Universidad española de algunas deficiencias, entre otras, la escasez de publicaciones científicas de alto impacto por parte de sus investigadores o la deficiencia de sus relaciones en la empresa. Estas críticas, en ocasiones, cometen, desde mi punto de vista, dos errores fundamentales. Por una parte, se quedan en la superficie, evitando, de este modo, abordar el problema de raíz, lo que significa estudiar qué tipo de rutinas llevan a esas deficiencias, y, por ende, establecer los elementos que permitan penalizar tales comportamientos dañinos con ahínco, para, de este modo, erradicarlos. El segundo error al que me refería inicialmente está íntimamente relacionado con el primero, pues lo que suele hacerse es analizar al todo por algunas de las partes, lo cual dificulta la comprensión del problema. Esto es, si dentro de una misma organización podemos encontrar, simultáneamente, casos de éxito y, a la vez, de estrepitoso fracaso respecto a una misma cuestión, procederá analizar lo que diferencia a ambos para deducir el origen del problema, así como las perniciosas rutinas que subyacen al mismo.

Apoyándome en estos argumentos, se me ocurrió comentarles alguno de estos casos de éxito en las relaciones Universidad-empresa. La Cátedra Caja Rural de Asturias-Capgemini de Emprendimiento organiza en diversas facultades de la Universidad de Oviedo charlas de sensibilización para presentar a los estudiantes el emprendimiento como salida laboral en todas las áreas de conocimiento. Comenzamos por Ciencias de la Salud. El 3 de octubre tuvo lugar una mesa redonda, cuya planificación y organización fueron realizadas, prácticamente de forma íntegra, por José Manuel Rico, decano de la Facultad de Biología, y por Santiago Cal, director del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular. Fue de ellos la idea de invitar, respectivamente, a Ignacio Albert, en representación de Neoalgae, y a Gonzalo R. Ordóñez, de Dreamgenics. Estos son los dos casos de éxito en las relaciones Universidad-empresa que hoy me gustaría hacerles llegar. En la presentación que José Manuel Rico hiciera de Ignacio Albert, si bien refiriéndose a ambos ponentes, señalaría que "el éxito llegó, además de por sus conocimientos, por empeñarse en superar los obstáculos y por ser pacientes". En aquel acto, hablamos de dos emprendedores responsables, aquellos que combinan los objetivos económicos con otros de carácter social y medioambiental, característica común de ambas empresas, pero también de trabajo, de compromiso y de ética. Además, se hizo referencia a empresas cuyos impulsores han salido de las aulas y los laboratorios de la Universidad de Oviedo, los cuales apoyaron sus iniciativas en los conocimientos allí adquiridos, y con la cual siguen manteniendo relaciones.

Dreamgenics es una empresa de informática dedicada a la genómica. Nace con la pretensión de poner a disposición de los investigadores, que trabajan en las universidades, así como de los investigadores clínicos, que desarrollan su labor en los hospitales, los conocimientos genómicos necesarios de la forma más sencilla e intuitiva para desarrollar su labor de modo más preciso. Esto es posible porque el equipo de Dreamgenics, previamente a la creación de la empresa, habían desarrollado conocimientos propios y programas informáticos en el laboratorio de Carlos López Otín entre 2007 y 2011. Hoy esta empresa se centra en: a) la consultoría genómica; b) el desarrollo de piezas de software especializado en este entorno; y c) el desarrollo de plataformas diagnósticas. Por su parte, Neoalgae, creada por dos personas y surgida en 2012, asesora técnicamente, e incluye entre sus líneas de negocio los productos cosméticos, los productos alimenticios para personas y animales, los fertilizantes ecológicos y los productos farmacéuticos. Es una pyme innovadora en tecnología de microalgas, que incluye entre su personal biólogos, farmacéuticos y técnicos, principalmente.

Son dos de ese tipo de empresas que necesitamos especialmente en Asturias, que saben aprovechar un capital humano de enorme valor, pero que, adicionalmente, con su actividad generan un impacto realmente positivo para la sociedad en su conjunto, además, obviamente, de impulsar la actividad económica con sus negocios. Se les preguntó qué se habían encontrado en su entorno. Se quejaban de sus dificultades en aquellos primeros momentos para encontrar financiación, de problemas burocráticos, además de la falta de apoyo eficaz a las empresas creadas desde la Universidad. Sin embargo, esta crítica se volvía agradecimiento al referirse al apoyo de sus redes en la Facultad y en el departamento, tanto en lo que se refiere a los consejos recibidos o a la cooperación en trabajos de investigación, entre otras razones.

Se destacó la relevancia de un equipo de confianza y, en este sentido, ambos emprendedores hicieron gala de un liderazgo transformacional, que "aporte equilibrio inestable cuando no vaya bien, capaz de enamorar a los empleados de la idea, de captar y aprovechar el talento de todos ellos, de impulsarlos a construir". Otras cuestiones relevantes aludidas por estos emprendedores incluyen tres aspectos que raramente suelen mencionarse: el pensamiento crítico, así como la ética y el compromiso en el trabajo.

Me atrevo, a la vista de estos casos de éxito, que resultaron impactantes para mí, a invitarles a reflexionar sobre el tema, sobre aquello que probablemente no estemos haciendo bien en otros ámbitos, sobre aspectos que estamos olvidando a pesar de ser elementos clave. Como dijera Santiago Cal, director del Departamento de Bioquímica y Biología Molecular, al presentar a Gonzalo R. Ordóñez, pero en referencia a ambos ponentes, debiéramos reconocer "la suerte que ha tenido mi departamento y esta Facultad, la suerte que ha tenido la Universidad de Oviedo y la suerte que ha tenido Asturias" al contar con personas como estas.

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