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Laviana

Más allá del Negrón

Juan Carlos Laviana

El show de Sandel

Asturias tiene el privilegio de disfrutar del filósofo más popular del mundo gracias a los premios "Princesa"

En un mundo necesitado de respuestas, el filósofo norteamericano Michael J. Sandel ofrece preguntas, preguntas y más preguntas. Este pensador de moda ha despertado la atención del mundo entero con mensajes revolucionarios. Rompe los esquemas de una sociedad esclerotizada, sobrecargada de ideas preconcebidas y amodorrada en el confort del bienestar.

No se han hecho esperar las voces críticas de aquellos que no toleran que les remuevan en el asiento, aquellos alérgicos a las ideas nuevas, aquellos que están felices en su ignorancia. Cada año en octubre, cada vez que se entregan los premios "Princesa de Asturias", todos ellos levantan la voz para ratificarse en su cerrazón a todo lo nuevo o que venga de fuera.

Son los mismos que acusan a Sandel de ser un showman que escribe libros de autoayuda. Le reprochan que critique las redes sociales a la vez que se sirve de ellas: tres millones de personas han visto su curso Justicia en Youtube. Y sobre todo no le perdonan que divulgue los frágiles mensajes filosóficos, no vaya a ser que se deterioren al usarlos. Son aquellos a quienes les gustaría que la filosofía se guardara en una urna, a la que solo unos pocos tuvieran acceso, y que fuera tan incomprensible para el común de los mortales, que necesitáramos continuamente de su cátedra y su facultad para poder entenderla.

Entre las muchas lecciones que podemos tomar de Sandel, se encuentra precisamente la de la docencia. El profesor de Harvard ha conseguido que haya lista de espera para escucharle y que las plazas disponibles tengan que ser sorteadas entre los centenares de solicitudes. Y eso a pesar de que ha prohibido los ordenadores portátiles y los móviles, porque, en palabras del pensador, "en nuestros días la distracción es el enemigo del saber".

Aunque no lo parezca, evita las afirmaciones tajantes, no da nada por sentado. Su método es el socrático, es decir, el de llegar al conocimiento a través de preguntas, preguntas y más preguntas. Todo lo contrario que la enseñanza en nuestras aulas -y en las del mundo entero-, donde el utilitarismo se ha impuesto y en las que "no se fomentan los debates". El profesor expone y el alumno asume sin rechistar no vaya a ser que no consiga su gran objetivo: el título.

Sandel tiene mucho que decir, también, sobre la economía y la política. Explica cómo el capitalismo salvaje desata la ira ciudadana y lleva a anomalías del sistema democrático como Trump o el Brexit. El discurso público, asegura, "está totalmente desprovisto de ideas", lo que hace más necesario que nunca atender la demanda de los ciudadanos de respuestas, su necesidad de entender.

Por eso lleva su discurso a la calle, a Youtube y a la televisión. La plataforma Filmin acaba de estrenar una apasionante serie holandesa protagonizada por el filósofo: "El gran debate (Contra el ruido y la furia)". En la nueva temporada, ahora en grabación, el debate tiene lugar en la estación de tren de la ciudad holandesa de Haarlen, en medio del trasiego de la hora punta. Sandel intenta rescatar las escuelas catedralicias y los debates medievales en la plaza pública, para llevar el debate filosófico a la propia vida.

Muchos se tienen que conformar con ver sus clases en Youtube. Los asturianos tendrán el privilegio de participar esta semana en su debate, No obstante, habrá algunos que preferirían que se hubiera quedado en casa. O que diera sus clases, auténticos shows, escondido tras una cortina, como Pitágoras, no vaya a ser que al "moralista rock star" se le suba el éxito a la cabeza.

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