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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Zalia: fumata blanca

"Fumata blanca, habemus Zalia", reza el mensaje de humo limpio que emerge de las chimeneas de El Musel. No es que no hubiera Zona Logística, que la hay, aunque convertida en un secarral al que sólo se le ve el plumero de la Pampa, sin accesos y sin luz. El caso es que Puertos del Estado ha autorizado en el plan de empresa de la Autoridad Portuaria de Gijón una partida de 2.400.000 euros para el "fortalecimiento patrimonial" de la entidad, eufemismo que en román paladino se traduce en que el acuerdo, sobre la campana, salva a la sociedad logística, noqueada sobre la lona, de verse obligada a lanzar desde el rincón de pensar la toalla. Combate nulo, aunque puede que no haya más opciones de ajustarse guantes y calzón en el futuro: ya no se permitirán más préstamos ni operaciones de ampliación de capital al puerto, ni siquiera para embalsamar el cadáver, si llega el caso.

Sin dinero ni para abonar el IBI al Ayuntamiento de Gijón, la Zalia se encontraba al borde de la quiebra, a un paso del concurso de acreedores, sin unas monedas para invitar a sidra a los miembros del consejo de administración.

El plan de empresa de El Musel garantiza también la supervivencia de otro zombi administrativo, de otro muerto viviente con olor a cucho o a pescado rancio. Lonja Gijón, que llegó a cavar un agujero negro, una sima abisal de tres millones de euros, recibe una inyección de 700.000, la mitad en "cash" y la otra mitad en bienes de la Autoridad Portuaria que pasan a su propiedad. A partir de ahora la lonja tendrá que asegurarse de tener todo el pescado vendido. Pero sobre todo de cobrarlo.

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