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LNE FRANCISO GARCIA

Billete de vuelta

Francisco García

Racismo en un avión

Un pasajero del vuelo de Ryanair entre Barcelona y Londres insultó gravemente a una mujer negra de 77 años que ocupaba la plaza de al lado, con la que se negaba a compartir acomodo. Los exabruptos pronunciados por el energúmeno fueron del tamaño de "no quiero sentarme junto a tu puta fea cara", "horrible negra bastarda" o "no me hables un puto idioma extranjero, puta vaca fea".

No vayan a creer que el racista que se expresa de manera tan deplorable es un adonis, un Brad Pitt, un modelado Doríforo. No, qué va: se trata de un tipejo orondo y malencarado, con un chola del tamaño de una hogaza de Ibias; uno que no está para dar lecciones de belleza, que estaba más guapo callado. A lo mejor el personaje vivía en la ilusión de que alguna vez le tocara Jennifer Aniston de compañera de viaje, como en el anuncio televisivo de una conocida aerolínea. De haber sido así, aguardaría en su asiento babeando como el perro de Pávlov. Pero volar en Ryanair no es lo mismo que hacerlo en Emirates, y no sólo por la distancia entre asientos.

Se le pueden poner muchos reparos a las redes sociales y al afán de grabar vídeos que todos arrastramos, émulos de Scorsese, pero en este caso la grabación de otro pasajero ha permitido escuchar los disparates, en perfecto inglés de la "city" eso sí, de semejante energúmeno ante la pasividad del azafato, que solucionó el contencioso de la peor manera: cambiando a la pasajera de sitio.

De no ser por el vídeo, el asunto habría quedado en la palabra del hombre contra la de la mujer, si es que la agredida se hubiera atrevido a denunciarlo. Y los responsables de la línea aérea habrían echado tierra sobre el asunto, y a volar que son dos horas.

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