Gijón es una de las ciudades más seguras de España y con menor índice de criminalidad. Lo dijo el comisario jefe en la pasada celebración de los Ángeles Custodios y lo corrobora la estadística oficial. Tan es así que hasta los ladrones son muy aseados, como el detenido esta semana, un varón de 31 años, por robar en varias ocasiones cepillos de dientes y productos de higiene valorados en más de 800 euros.
La Federación Asturiana de Concejos, mientras tanto, pide juego limpio con sus afiliados. El organismo supramunicipal acaba de hacer pública una declaración institucional en la que se denuncian "amenazas, coacciones y agresiones de distinta naturaleza" sufridas por un "significativo número" de alcaldes y concejales asturianos. Dedicarse a la política ha pasado de ser un chollo a convertirse en profesión de riesgo: acudes al Parlamento y te llaman golpista y ese calificativo supone mayor enfado que si te acusan de no pegar ni golpe. El Congreso de los Diputados se ha convertido esta semana en un patio de monipodio, en una corrala donde han sobrado los insultos, los dicterios, las andanadas y las broncas. Sus señorías han hecho el jabalí, lo que ha incrementado enormemente el nivel de contaminación ambiental del hemiciclo. Venda usted bombas sofisticadas a Arabia Saudí para que Riad finiquite al enemigo al antiguo modo: troceado en filetes.
Los ladrones cada vez son más limpios, pero Rato entra en prisión por el uso oscuro de las "tarjetas black", y el exfutbolista Caminero elude la prisión tras confesar ante el juez que participó en una red de blanqueo. Como ven, todo tan higiénico que ya no hace falta exigirle al servicio de limpieza ni siquiera barridos de frecuencia.
