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Cronista de Quirós

Quirós: el temporal que hizo retroceder en el tiempo

Los vecinos del campo no somos rentables y no interesa mantenerlo en buenas condiciones

Casi todos hemos tenido alguna vez el deseo de retroceder en el tiempo. Nuestra curiosidad nos lleva a imaginarnos en el Lejano Oeste, en la Roma Imperial, viajando con Marco Polo o descubriendo América. Cada uno con sus querencias, que la imaginación es infinita.

Este sueño, más bien pesadilla, ha pasado en muchas partes de Asturias por el azote del temporal que nos visitó el fin de semana. Voy hablar de Quirós, que puede ser el espejo en el que se reflejen muchos habitantes del olvidado mundo rural. Ese lugar idílico que los urbanitas sólo visitan cuando hace buen tiempo para sacar sus fotografías, ver sus animalitos, caminar por la Senda del Oso u otros itinerarios y andar a setas o castañas. Pero el mundo rural no es ese paraje idílico de buen tiempo y comodidades, sino todo lo contrario.

La formula matemática es: dos días de nevada=dos días sin carretera y cobertura telefónica + tres días sin corriente eléctrica=indignación y enfado del mundo rural.

La Asturias rural ha retrocedido en tres días lo que había mejorado en todo un siglo de avances. Mi abuela Solina (98 años) vivió inviernos inmensamente peores y ahí está dando un ejemplo de vida y superación. Hasta ella misma se extraña de la situación actual.

Los vecinos de al menos una docena de pueblos de Quirós estuvieron sin luz desde la madrugada del domingo pasado hasta el martes noche. La cobertura telefónica de varias compañías estuvo ausente. Las carreteras lograron despejarse, pero con tanta madera en ellas que se podrán encender todas las estufas del concejo varios meses. Los vecinos, viendo el cariz que tomaba la situación, sacaron tractores, motosierras y azadas y comenzaron a limpiar de árboles los viales. La quitanieves municipal no dio abasto, la labor vecinal facilitó sobremanera la llegada de dicha máquina a todos los lugares. Tres días sin luz echaron a perder las reservas alimenticias en neveras y sobre todo en arcones frigoríficos. Los acopios de carnes (el xato, pitos de corral, conejos, cabritos o corderos, todo ello de casa, de confianza) quedaron descongelados. Los únicos beneficiados, los perros, que se van a dar un buen festín. Miles y miles de euros se esfuman estos días de las precarias económicas rurales. Otro palo más para el campo. La naturaleza castiga y ahoga. El campo se muere por culpa de todos. Los que vivimos en él lo tenemos más difícil.

La Administración no te deja hacer nada, todo son regulaciones excesivas y en muchos casos sin base ni argumento alguno. ¿Quién cuidó del campo hasta ahora? ¿La gente que vivía en las ciudades o en las oficinas? No. Nunca vi a nadie de esos coger una azada y cortar un árbol, limpiar malezas, caminos o fuentes. Las carreteras estaban sin rozar, en octubre. ¡En qué cabeza cabe! Malezas y ramas hacen de las carreteras túneles sin fin. Y aquí está el resultado. Esos efímeros túneles se hunden con el peso de la nieve y cortan los accesos. No se invierte en la Asturias rural lo que se debería.

Tenemos mala cobertura telefónica: no pasa nada somos pocos, no somos rentables. De internet ni hablamos: insuficiente total. Las compañías eléctricas no ejercen el adecuado mantenimiento, las torretas derribadas delatan un mala colocación o falta de previsión. No somos rentables tampoco.

Estos días los vecinos mayores del campo asturiano recuerdan sus tiempos mozos cuando no había televisión, ni teléfono, cuando se charlaba y se jugaba a las cartas. Cuando el día laborable acababa cuando ya no había luz natural. Recuerdos muy actuales, pues en febrero de este año también estuvimos, en Quirós, sin luz ni teléfono durante dos días. La historia se repite, pero muy pronto, el mismo año.

Cuando escribo estas líneas estoy alumbrándome con un foco, con el ordenador y el móvil conectados a un aparato para arrancar motores. Con una estufa de leña y en penumbra no es la mejor situación para escribir. El futuro del campo está más oscuro todavía si no tomamos soluciones rápidas y hablamos con los rurales.

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